Entre la lotería y la corrupción: las artimañas de la familia Barberá

El fiscal anticorrupción, Pablo Ponce, duda de que al cuñado de Rita Barberá le tocaran 360.000 euros en la lotería

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En los oscuros corredores de la corrupción política, los premios de lotería a menudo aparecen como una pantalla tras la cual se esconde un entramado de ilícitos financieros. El “Caso Azud”, que involucra al cuñado de Rita Barberá, no escapa a esta tendencia.

José María Corbín, abogado y cuñado de Barberá, intentó justificar algunas adquisiciones inmobiliarias alegando un premio de lotería proveniente de una falla a la que ni siquiera pertenecía.

Sin embargo, las autoridades, lideradas por el fiscal anticorrupción Pablo Ponce, han expresado serias dudas sobre la veracidad de la afirmación de Corbín, señalando que la compra de participaciones de lotería para luego cobrarlas es un método clásico de blanqueo de capitales. La explicación de Corbín simplemente no cuadra, tal y como informa elDiario.es.

Entre la lotería y la corrupción: las artimañas de la familia Barberá
Entre la lotería y la corrupción: las artimañas de la familia Barberá

El “Caso Azud” ha desentrañado una red compleja de engaños y maquinaciones financieras. Las sobrinas de Rita Barberá, aprovechando el supuesto premio de lotería, compraron tres viviendas. Sin embargo, esta transacción levanta sospechas, ya que se preguntan cómo las hijas de Corbín pudieron comprar propiedades cuando aparentemente carecían de los medios económicos para hacerlo.

La Fiscalía ha argumentado que Corbín no ha proporcionado pruebas suficientes de que ganó la lotería, sugiriendo en cambio que el origen del dinero es probablemente ilícito. Además, se sospecha que las operaciones realizadas por las sobrinas de Barberá están vinculadas al delito de blanqueo de capitales, utilizando familiares directos para ocultar la procedencia del dinero.

El conocimiento de la situación por parte de Rita Corbín Barberá, abogada en el despacho de su padre, parece haber sido más profundo de lo que inicialmente se creía. La Fiscalía sostiene que ella estaba al tanto del origen delictivo de los bienes, dado que los ingresos provenían de empresas vinculadas contractualmente con el Ayuntamiento. Sorprendentemente, no se han encontrado pruebas de que Corbín realizara trabajo jurídico que pudiera justificar los pagos realizados.

La jueza a cargo del caso también ha expresado sus dudas sobre la credibilidad de las explicaciones dadas por Corbín y su familia. En particular, la jueza encuentra difícil creer que Rita Corbín Barberá desconociera que los ingresos de su padre provenían de empresas vinculadas al consistorio gobernado por su tía, Rita Barberá.

Además, la magistrada cuestiona cómo las hijas de Corbín podrían haber ignorado el modesto nivel de ingresos de su padre antes de que empezara a facturar a grandes empresas contratistas del Ayuntamiento de Valencia por servicios jurídicos supuestamente prestados.

En resumen, el “Caso Azud” se ha convertido en un rompecabezas complejo de corrupción, blanqueo de capitales y manipulación de premios de lotería. Mientras las autoridades continúan investigando este intrincado caso, se destapa una red de engaños y maquinaciones que demuestra la astucia de aquellos que intentan ocultar sus actividades ilícitas tras la fachada de la suerte de la lotería.

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