Bulos, fake news, Lawfare, bots, golpe blando, campañas en redes… Hace no tanto tiempo tal retahíla inconexa no tendría de por sí – y probablemente ni de forma individual – ningún sentido. Sin embargo, en los últimos tiempos ha estallado un nuevo campo de batalla, cargada de neologismos, en el que se configura la sociedad, de lo virtual a lo terrenal y viceversa.
Hemos hablado con una de las personas que desde sus redes sociales trata de despojar todo entramado, por zafio y oscuro que se presuponga por tal de afrontar la desinformación, uno de los peligros más viles a través de los que, quien maneja los hilos, pueda seguir haciendo de trilero. Él es Julián Macías, responsable de redes sociales de Podemos y creador del Observatorio Pandemia Digital.
Digamos que en España este fenómeno estalló con la creación de OkDiario, que trajo un nuevo tipo de medio a España donde la mentira y la generación de odio era el principal vector, sumado a la creación de miles de bots que difundía su contenido.
Pero cuando empecé a dedicar mi tiempo libre a hacer este tipo de análisis fue a partir del golpe de estado en Bolivia, donde la acción digital fue sumamente sorprendente e impactante por la cantidad de cuentas falsas, el grado de manipulación y el uso masivo de mensaje de odio y mentiras, y donde la participación de los EEUU tanto a través de empresas privadas como de la financiación de entes locales que apoyaron el golpe a través de la NED y Atlas network principalmente me llevó a que el modo de actuar en otros países de América Latina era prácticamente calcado.
Normalmente las estrategias de desinformación la desarrollan en 3 capas, estrategia digital, mediática y acciones en la vida real, ya sean movilizaciones, acciones políticas o judiciales. Dentro de la estrategia digital hay 3 componentes principales: Odio, mentira y cuentas falsas y/o automatizadas para difundirlas. También es importante el protagonismo de diarios digitales de fake news y cuentas anónimas o influencers para un mayor impacto.
Prácticamente no hay diferencias entre países, usan mismos métodos, mismo lenguaje, mismos ideales y mismas víctimas. Y diría que están financiadas desde los mismos lugares.
En América Latina principalmente hay 3 focos de financiación que promocionan a ciertas formaciones políticas de caracter liberal y conservador y que suelen tener el mismo objetivo o víctima: gobiernos, formaciones, políticos, artistas o intelectuales con ideas progresistas que buscan la soberanía económica y política de sus países o emancipadoras de la apisonadora neoliberal de los Estados Unidos o multinacionales.
Los 3 orígenes de esta financiación principalmente son Atlas Network a través de cientos de fundaciones de corte neoliberal siguiendo la herencia de Milton Friedman que abanderó las políticas económicas de los gobiernos resultantes de los golpes militares de la Operación Cóndor.
Organizaciones ultracatólicas como El Yunque, Opus Dei, Evangelistas o El Sodalicio que confronta principalmente con los derechos y libertades de las mujeres y colectivos LGTBI. Y por último a través de la financiación con dinero público de EEUU a través de la NED o la USAID.
En España operan las dos primeras y no la tercera. Pero si nos fijamos, por ejemplo, en nuestro país estas lógicas no funcionan tanto por partidos políticos sino por personas que participan en este espacio mucho más consolidado de fundaciones, periodistas y medios que apoyan de manera constante a Aznar, Esperanza Aguirre, Ayuso o Cayetana dentro del PP al mismo nivel que a Rivera, Toni Cantó o Girauta en Ciudadanos, a Rosa Díez en UPyD y a todo VOX porque es una creación 100% de estas organizaciones citadas anteriormente.
Recordemos que Aznar fundó FAES que es el principal promotor de la red Atlas Network en España y América Latina junto a Heritage Foundation en el mundo anglosajón. Tras las divisiones entre los aznaristas y la sección más moderada del PP como pueden ser Rajoy o Feijóo, su primer invento fue UPyD con Rosa Díez y Toni Cantó y con la presencia en su inauguración de Vargas Llosa, el presidente de la fundación internacional de la libertad, perteneciente a Atlas Network, posteriormente, se sacaron de la chistera a Ciudadanos cuando los banqueros pidieron un Podemos de derechas.
Como con esto no era suficiente, Esperanza Aguirre se trajo a Abascal a Madrid cuando lo echaron del PP del país vasco, cuando perdió su hegemonía Iturgaiz, y financió la fundación DENAES y dos chiringuitos a Abascal para que montara VOX y Aznar envió a Bardají, el responsable de relaciones internacionales de FAES y miembro de Atlantic Council, el Think Tank de la OTAN para que se sumara a la ejecutiva de VOX y entablara relaciones con Steve Bannon, Trump y las fundaciones de Atlas Network, para que les asesorara en la creación de discurso, bots, y medios que los apoyaran para tener presencia constante en la agenda.
El uso de la mentira, la difamación, el insulto, la hipérbole ha demostrado en los últimos años que tiene cierta eficacia en esta lucha por la atención, tanto en medios como en plataformas digitales, ante la impunidad que plataformas y la justicia contra estas prácticas, al otro lado solo queda callar y dar por buenas las mentiras o los insultos, o responder y dejar que la ultraderecha marque la agenda. Por otra parte, este espacio ha apostado todo a la tecnología mientras la izquierda apenas ha invertido en ella, con el añadido que el uso de esta estrategias no son aprobadas mayoritariamente, ni por sus dirigentes, ni por sus simpatizantes.
Bajo mi punto de vista este tipo de estrategia de movilizar a través de las emociones que te produce la manipulación y la mentira para generar odio tiene un efecto champán o de campana de Gauss, lo racional suele surgir más lentamente que lo emocional, mientras lo emocional suele actuar en primera instancia, pero posteriormente deja paso a lo racional.
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