El PCTE, de ideología marxista-leninista, es la primera candidatura comunista en España y aspira a convertirse en una fuerza política determinante para defender los intereses de las trabajadoras y trabajadores de España. Hoy entrevistamos a Ástor García, secretario general del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) y su candidato a la presidencia del Gobierno.
¿Qué expectativas tiene para el 28 A y cuál cree que es la propuesta más importante del PCTE?
Nuestro objetivo en esta campaña electoral es seguir desarrollando un gran Partido Comunista en España, sin el cual no hay victoria duradera ni avance posible para la clase obrera. Por eso, una de las consignas que empleamos durante la campaña es la de “De nuevo el Partido Comunista”. La campaña electoral nos permite exponer nuestro proyecto con mayor facilidad, nos permite desarrollar nuestra organización y sumar el apoyo de más trabajadores y trabajadoras a la propuesta comunista. Somos la primera candidatura comunista en España y aspiramos a convertirnos en una fuerza política determinante para defender los intereses de la clase obrera.
Junto a la necesidad de seguir fortaleciendo el Partido, y de hacerlo con rapidez, proponemos un país para la clase obrera, en el que toda la riqueza social que producimos esté en nuestras manos, en manos de la mayoría social trabajadora. Sólo así podremos poner fin a los graves problemas que sufre nuestro pueblo, sólo así tendremos unos servicios públicos que mejoren nuestras vidas, sólo así se verán garantizadas unas condiciones de vida y trabajo dignas.
¿Qué propuestas tiene su partido para lograr unas pensiones dignas?
El sistema público de pensiones lleva años sufriendo un ataque tremendo. Las pensiones pierden año tras año poder adquisitivo con un único propósito: obligarnos a pagar fondos y planes de pensiones privados que engorden los beneficios capitalistas. Es una auténtica vergüenza. Al mismo tiempo, endurecen los requisitos para acceder a una pensión digna y aumentan la edad de jubilación.
Para justificar ese ataque tratan de vincular el futuro de las pensiones a la cuestión demográfica, tratando de engañar al pueblo. Los partidos capitalistas proponen ampliar la edad de jubilación a la vez que rebajan las cotizaciones sociales que deben abonar los empresarios. Imponen salarios de miseria y tratan de obligarnos a procurarnos la pensión por vía privada con la justificación demográfica. Es una gran mentira. El problema se soluciona garantizando las pensiones en los Presupuestos Generales del Estado. Si es sostenible con dinero público el Ejército, por ejemplo, ¿por qué no lo son nuestras pensiones? Es una trampa política.
Sumado a lo anterior, debemos tener en cuenta que la productividad se ha incrementado de forma increíble. Es decir, un trabajador hoy produce muchísima más riqueza social que hace pocos años. Por tanto, hay riqueza para sostener los derechos de jubilación de nuestra gente, el problema es en manos de quién está la riqueza que los trabajadores producimos.
Proponemos por tanto reducir la edad de jubilación a los 60 años, y a los 55 en aquellos trabajos especialmente penosos o insalubres; garantizando, como os decía, el poder adquisitivo de las pensiones a través de los Presupuestos Generales del Estado.
¿Qué propone su partido para combatir la violencia de género?
La violencia de género es una lacra, y el discurso que están situando algunas fuerzas políticas, como Vox o el Partido Popular, es realmente peligroso y debe ser combatido con especial intensidad.
La violencia de género, como el resto de problemas que sufren las mujeres, tiene su origen en una sociedad basada en la desigualdad, basada en la explotación. Esa desigualdad y esa explotación la sufren las mujeres de la clase obrera con especial intensidad. La violencia de género es consecuencia de un modelo de sociedad, en la que todo, incluidas las mujeres, se presentan como un objeto de consumo, como una bien que es propiedad de alguien, que se compra y que se vende. Y si cosificamos así a las personas, si unas personas son propiedad de otras, el dueño hace con ellas lo que quiere, incluso agredirlas, incluso asesinarlas. Es la misma concepción que se tienen de la fuerza de trabajo de los obreros y obreras, que es una mercancía en el sistema capitalista.
El problema deber ser abordado desde una perspectiva integral en el camino hacia la superación del capitalismo. Y eso exige luchar cada día contra toda manifestación de machismo, que necesariamente implica uno u otro grado de violencia. Hay que terminar con la base material en que se asienta la opresión de la mujer, la desigualdad, y para ello, hay que acabar con el sistema en que se asienta, el capitalismo. En ese camino, largo y difícil, hay que pelear por el acceso de las mujeres al trabajo y por sus derechos laborales, es una lucha de todo el movimiento obrero, hombres y mujeres. Además, hay que conquistar espacios de socialización del trabajo reproductivo, de las tareas domésticas y los cuidados.
En síntesis, hay que eliminar las condiciones materiales que permiten que se mantenga y crezca la violencia de género. Y eso solo puede hacerse si se trabaja y lucha por otro modelo social, en el que todas las personas seamos libres e iguales.
En el tema de la corrupción y el fraude, ¿qué medidas tomará PCTE?
La corrupción y el fraude son inseparables del capitalismo. Mirad, en ningún país capitalista se cumplen las leyes. Es una propiedad de la burguesía; sus leyes, como decía Marx, no son más que la voluntad de esa clase expresada a través del ordenamiento jurídico.
Negocios que ayer eran ilegales, pasan a ser legales, por ejemplo, las Empresas de Trabajo Temporal que, antes de que las legalizara el PSOE, estaban prohibidas en el Estatuto de los Trabajadores, que definía su actividad como tráfico de trabajadores. Otro ejemplo es el fraude masivo que se comete con la contratación temporal, todo el mundo lo sabe, pero no pasa nada. Y así, con todo. Claro que hay fraude fiscal, todo el mundo lo sabe, y seguirá habiéndolo mientras la riqueza del país esté en manos privadas. ¿De dónde ha sacado su fortuna Juan Carlos de Borbón y Borbón? Deberían explicarlo, investigarlo, desclasificar papeles… Pero no interesa, el sistema no mantendría ni un día su legitimidad.
Y, por supuesto, en el ámbito público la corrupción es galopante. Tratan de hacernos creer que tras las últimas sentencias, tras los casos más mediáticos, el problema ha terminado. Pero no es cierto, ni ha terminado ni se terminará mientras perdure el capitalismo. También tratan de engañarnos quienes proponen algunas medidas dirigidas a que el sistema funcione, a que no exista corrupción o fraude. Saben de sobra que ese capitalismo ni existe ni puede existir.
Para eso primero, como os decía, la riqueza debe estar en manos de quien la produce. Eso significa que los sectores estratégicos deben ser nacionalizados. Ahí le has quitado, de mano, la capacidad que tienen de corromper a los demás los dueños del capital. A partir de ahí, esas empresas estatales deben producir de forma planificada. Su objetivo es satisfacer las necesidades sociales, las necesidades de nuestro pueblo, y no a un puñado de ricos. Por tanto, esa producción debe ser controlada por la clase obrera en los centros de trabajo. En el plano de la actividad pública o institucional debe implantarse un sistema de rendición de cuentas periódica y, por supuesto, el derecho a la revocación de todo cargo por parte de sus electores. Todo ello, unido al castigo ejemplar de cualquier malversación, de cualquier fraude, de cualquier corrupción. Os garantizo que con este tipo de medidas se les quitaba rápido la manía de robarnos a manos llenas, por métodos legales e ilegales, que es lo que llamamos corrupción.
¿Qué propuestas tiene su partido para la defensa de la sanidad pública?
Comienzo al revés. Nosotros tenemos una sola propuesta para la sanidad privada: eliminarla. Ni asumimos ni asumiremos nunca que el derecho a la salud sea un negocio. A partir de ahí tenemos que reconstruir nuestra sanidad pública, que ha sido intensamente golpeada por la ola privatizadora que han compartido tanto el PSOE como el PP.
Y en esa reconstrucción de la sanidad pública, los trabajadores y trabajadoras juegan un papel determinante. Han sido ellos quien ha hecho que hasta hoy el sistema funcione, a pesar de los recortes y de la nefasta gestión que ha existido. Y son ellos quienes tienen la solución a los problemas, quienes los conocen y saben cómo superarlos.
Como medidas urgentes, se debe terminar de inmediato con las brutales tasas de interinidad que sufre el personal sanitario. Hay que consolidar las plazas de quienes vienen trabajado con nombramientos o contratos interinos año tras año. Al mismo tiempo, hay que acabar con los conciertos sanitarios y terminar con la sanidad de los ricos, con la privada, de esa forma veríamos muy rápido un mejora exponencial en el sistema público. Y, en paralelo, hay que meterle mano al sector farmacéutico, es urgente. Antes hablábamos de corrupción y de fraude. No hay nada peor que los casos en que eso se traslada a traficar con nuestra salud y, además, a cobrarnos por ello. Hemos de acabar inmediatamente con toda forma de copago de los medicamentos. Para finalizar, debemos restablecer el derecho universal al acceso a nuestra sanidad pública de todas las personas que viven y trabajan en España.