Por Ricard Jiménez
Las aguas putrefactas de la laguna del Mar Menor han llegado a ser denominadas como ‘sopa verde’. La agresión sobre este se remonta décadas atrás, por motivos que se han ido solapando, desde la actividad minera, el turismo o la macrourbanización sin control de La Manga. Sin embargo, tras el cambio agrario y los vertidos de abonos nitrificados han provocado definitivamente el colapso de este. Este año han aparecido más de cinco toneladas de peces muertos cubren de nuevo las playas del Mar Menor.
Para tratar el tema hemos hablado con María Marín, veterinaria, especialista en CC. Sociosanitarias, Higiene y Salud Pública y diputada portavoz de Podemos Murcia en la Asamblea Regional de Murcia.
-
La historia de la degradación del Mar Menor viene de lejos, ¿podría hacernos un breve resumen de este proceso?
Lo que está sucediendo en el Mar Menor es una catástrofe que viene de lejos, más de dos décadas. Desde los años 80, el regadío intensivo se ha ido expandiendo por toda la cuenca vertiente del Mar Menor, transformando casi por completo el secano y los regadíos tradicionales -que nada tenían que ver con el agronegocio actual-, siendo esta la causa fundamental del deterioro de la laguna.
Con anterioridad, los vertidos de drenaje de las estructuras mineras, los residuos de la actividad urbanística y sus infraestructuras turísticas asociadas (urbanizaciones, playas artificiales y puertos deportivos) fueron alterando la laguna, demostrando la capacidad de resiliencia de la misma hasta que ya no aguantó más.
A partir de los años 80 comenzó a desarrollarse el regadío industrial. Se ha cultivado más allá de lo que se podía, como demuestran las 8000 hectáreas de regadíos ilegales y los 132 expedientes abiertos a las fincas que estaban cultivando sin disponer de autorización legal para regar. Esto ya ha sido remitido por al Confederación Hidrográfica del Segura a la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, la cual no ha actuado aún en ninguna de ellas a pesar de la gravedad del problema.
A partir de 2016, este proceso se agrava aún más. El Mar Menor ya es incapaz de absorber tantos nutrientes, incluidos los extras procedentes de las desalobradoras ilegales, y colapsa, produciéndose la primera “sopa verde”. La turbidez, a su vez, no deja pasar la luz del sol y las plantas del fondo mueren. Toda esa materia en descomposición consume el oxígeno del agua y provoca la terrible mortandad de peces y crustáceos.
Desde entonces, el Mar Menor ha cambiado drásticamente su ecología. Se ha vuelto frágil e incapaz de poder resistir ante cualquier adversidad extra como una DANA o un exceso de temperatura. Y además, tenemos que denunciar la inacción total por parte de la Comunidad Autónoma a la hora de actuar sobre el origen del problema: los vertidos de nitratos y fosfatos del agronegocio a la laguna y el regadío ilegal.
-
Tras este proceso, la pregunta sobre los últimos años es necesaria, ¿porqué se suceden los episodios de mortandad de peces en Murcia?
Se suceden porque el Gobierno regional no ha puesto aún ni una sola medida para actuar en origen, en la causa primera del problema, y esto hace que la eutrofización del Mar Menor se mantenga de forma crónica y que, ante cualquier adversidad que antaño no tenía ninguna consecuencia, ahora se produzca de inmediato una crisis de anoxia que provoca una enorme mortandad sobre la vida marina.
-
¿Cómo llegan los vertidos a la laguna del Mar Menor?
El agua llega a la laguna salada por diferentes vías. De forma superficial a través de ramblas y ramblizos, fundamentalmente de la rambla del Albujón, a donde llegan la mayor parte de los residuos agrícolas. También desde vertidos de depuradoras municipales y, a lo largo de todos estos años, a través de todo un entramado ilegal de canales y desalobradoras que han vertido al alcantarillado, a las ramblas y de ahí, al Mar Menor y al acuífero cuaternario que también rezuma agua con nitratos en algunas zonas, y que también acaba en el Mar Menor.
-
¿Quién o quiénes han sido los responsables de lo que se ha llamado ‘el ecocidio del Mar Menor?
Los principales responsables, presuntamente, son una trama de empresas y agricultores que están siendo investigados en la instrucción del caso Topillo. Una red que tiene, también presuntamente, conexiones con el Gobierno regional y con alguno de sus consejeros. De igual modo que ocurre con la corrupción urbanística, para la que es necesario que existan corruptos y corruptores, aquí ha habido quien ha contaminado ilegalmente y quien ha mirado para otro lado. Cada cual tendrá que pagar su responsabilidad.
-
¿Qué impacto han tenido las movilizaciones que la población ha llevado a cabo en los últimos años? ¿Se han tomado medidas durante este tiempo?
Impacto real, ninguno. El gobierno regional no ha escuchado a su población, sino que se ha dedicado estos años a salvaguardar los intereses económicos de unas pocas multinacionales del agronegocio, en contra de los intereses de la mayoría social de nuestra región. Esto ha perjudicado gravemente al turismo, a la hostelería y a los miles de pequeños y medianos autónomos que tienen de sus negocios entorno a la laguna, y ha arruinando el valor de los inmuebles de miles de familias de nuestra Región. En definitiva, en lugar de obedecer el mandato de proteger el Mar Menor, López Miras y su gobierno se han convertido en los cómplices necesarios para acabar con un paraje natural que no tiene igual en el mundo.
El Gobierno regional no ha tomado ni una sola medida, ni ha levantado una sola hectárea de regadíos ilegales, ni ha instalado ningún sistema de monitorización para supervisar los aportes reales de agua y fertilizantes o reforzado el cuerpo de inspectores, ni ninguna otra de las escasas medidas que aportaba la ley 3/2020 de supuesta “protección” del Mar Menor, una ley totalmente insuficiente, hecha precisamente a la medida del agronegocio, con la que lo único que se ha conseguido es permitir que todo siga igual bajo el eufemismo de “agricultura de precisión”.
-
De este modo, ¿se prevé que se sigan produciendo estos episodios?
Pues si nada cambia, la situación irá cada vez a peor. Esperemos que la presión popular y la actuación del Gobierno de España -en la parte que le toca en sus escasas competencias- frenen de una vez la irresponsabilidad de un gobierno autonómico que tiene en su mano todas las competencias y la capacidad de actuación para acabar con años de maltrato ambiental, social y económico a toda una comarca.
-
¿Y ahora? ¿Cuál es la propuesta de Unidas Podemos y los diferentes colectivos para revertir la situación?
Científicos independientes, asociaciones vecinales, movimientos ecologistas y también desde luego en Podemos, llevamos mucho tiempo poniendo soluciones encima de la mesa. En la actualidad, estamos trabajando para la creación del Parque Regional del Mar Menor. Hemos presentado en la Asamblea Regional una proposición de ley que podría aprobarse mañana mismo, si de verdad existiera la voluntad política de este Gobierno autonómico de resolver el problema de la laguna, ya que en seis meses debería estar solucionada la ordenación del territorio y de sus distintas actividades. Esto obligaría a la eliminación de los regadíos ilegales y a cumplir con las moratorias urbanísticas. También estamos cada día colaborando en la recogida de firmas de la iniciativa legislativa popular (ILP) para dotar al Mar Menor de personalidad jurídica.
-
Debido a la creciente presión social, ¿cree que habrá un cambio de políticas que permitan “salvar” el Mar Menor?
Si depende del Gobierno regional actual, estoy segura de que no. Estamos ante un gobierno de tránsfugas mantenido por la ultraderecha, que incluso niega la existencia de esa contaminación por nutrientes agroindustriales. Afortunadamente la presión popular, el cambio en la dirección de la CHS y el empuje del Gobierno de España, están siendo muy positivos para llegar a la resolución de décadas de maltrato del PP sobre este enclave único.