La asociación de defensa ambiental considera que el Plan de Ordenación de Espacios Marinos aprobado por el Gobierno el 28 de febrero no garantiza la protección de los ecosistemas y convierte a la franja litoral y sus aguas asociadas en territorio de especulación para las grandes eléctricas.

La costa y sus aguas jurisdiccionales son el gran patrimonio de Galicia (Foto: Salvemos Cabana)

IUCPara Salvemos Cabana resulta vergonzoso e inaceptable que Galicia tenga que acoger casi la mitad de la eólica marina que se despliegue en territorio español al tiempo que es totalmente excedentaria en lo que a producción energética se refiere y con su territorio totalmente invadido por parques eólicos terrestres por la pésima gestión que desde sucesivos Ejecutivos de la Xunta han permitido y alentado la instalación descontrolada de este tipo de proyectos convirtiendo cada colina, cada monte y cada zona singular del paisaje de noroeste de la península en parque industrial.

LOS PARQUES EÓLICOS MARINOS, UNA “TRITURADORA” DE BIODIVERSIDAD

Un reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) advierte que la literatura científica disponible en este momento demuestra el elevado impacto ambiental sobre la biodiversidad que conllevan los parques eólicos marinos en torno a cinco pilares, como son el elevado riesgo de mortalidad para las aves en caso de colisión, la alteración del comportamiento de las especies debido a las perturbaciones generadas -en especial los altos niveles de emisión sonora-, el “efecto barrera” para las mismas y la pérdida de hábitats afectando así al todo el ecosistema.

En la misma línea, un artículo científico publicado en 2021 por investigadores del CSIC y las universidades de Barcelona y Girona advierte que la construcción, operación y desmantelado de este tipo de proyectos energéticos no solo conlleva el riesgo de colisión de aves, mamíferos y tortugas marinas con las instalaciones, sino que acarrea otro tipo de problemas ambientales como la contaminación acústica -causada por las turbinas y el montaje de estructuras- para los mamíferos y otros animales marinos, la contaminación por metales pesados, el daño de los fondos marinos por el efecto de las anclas y el tendido y despliegue de cables, así como el efecto dañino de los campos electromagnéticos sobre los peces y otros recursos pesqueros.

Por otro lado, y tal como señalan los especialistas, en muchas zonas del litoral “el paisaje es un elemento clave de identificación y vínculo” tanto para la población local como para el turismo, que es una de las actividades motrices de la economía española. Sin olvidarse, además, de la pesca artesanal y los miles de puestos de trabajo que genera no solo en Galicia, sino en toda la cornisa cantábrica.

UN DESPROPÓSITO A GRAN ESCALA CON EL CAMBIO CLIMÁTICO COMO EXCUSA

Teniendo todos estos factores en cuenta la aprobación de los POEM por parte del Gobierno de España solo puede ser considerado como un despropósito a gran escala en unas zonas de sacrificio de alto valor ecológico, que además en aguas gallegas afectará sin remedio a importantes corredores migratorios para aves y otras especies marinas, lo que demuestra el desconocimiento mayúsculo del Ministerio para la Transición Ecológica con la ministra Teresa Ribera a la cabeza, que teóricamente tienen la obligación de defender el territorio y los intereses de la población, no las cuentas de resultados de las grandes empresas.

No se puede pretender solucionar un problema como el cambio climático provocando otros a la misma escala, con impactos inasumibles sobre los ecosistemas marinos y las actividades económicas con una industria que por otra parte necesita de los combustibles fósiles y materiales no reciclables para su funcionamiento y construcción. En este sentido la “revolución verde” de las mal llamadas “energías renovables” promocionada por el oligopolio eléctrico y ahora parece que defendido por quienes deberían de representar a la ciudadanía no deja de ser lo que siempre ha sido, una cruel falacia.