El objetivo de los 3 partidos es impedir que se monte en la ciudad otra trama organizada de compra de voluntades, es por ello que la figura del observador electoral es imprescindible para que vigile los procedimientos desde lo antes posible y no solo el día de las votaciones.

Los observadores deberán analizar los indicios históricos de este hecho, buscando las causas y consecuencias, limitando al máximo la incidencia de este fenómeno en los comicios electorales, así como evitando la posible acción de tramas de compra de votos en el futuro.
Es por ello que se planteará en este proyecto vigilar los presupuestos que manejan los partidos políticos y el origen de esos fondos, y si existen gastos fuera de todo procedimiento electoral. Por otro lado, la vigilancia en la propia calle y las posibles dádivas que pudieran aceptar votantes de personas que se activan en la campaña electoral. Igualmente, consideran que sería interesante, también, realizar una vigilancia estrecha sobre el personal acreditado en los colegios electorales por los partidos, sobre todo, los apoderados que en ocasiones son excesivamente numerosos y celosos en ciertos colegios electorales.
Una de los aspectos a vigilar también sería la evolución del voto por correo y buscar las causas de posibles aumentos anormales que pudieran producirse, así como vigilar el origen por zonas de esos votos en la ciudad, así como de aquellos votos por representación para las personas impedidas.
La solicitud de colaboración a los parlamentarios va acompañada por un dossier histórico de la evolución de este fenómeno a lo largo de 20 años de rumores, investigaciones, acusaciones y denuncias sobre la compra de votos en la ciudad. Para Podemos, IU y Equo es muy importante acabar con este fraude electoral de forma previa y definitiva anteponiéndose a la constitución de las supuestas tramas antes de las próximas elecciones, para que los ciudadanos puedan ir votar con las suficientes garantías democráticas y «sin aberraciones» en el resultado de los comicios.
«En la ciudad de Melilla estamos acostumbrados, elección tras elección, a escuchar de una manera constante que existen supuestas tramas de compra de votos que parece llegar a ser asumida con normalidad por la ciudadanía melillense. Desde los años 90 donde se comenzó a hablar de este tema con la operación ladrillo, han sido muchos los rumores de que en ciertos distritos de la ciudad se montan entramados de compra de votos, que incluso ha derivado en la iniciación de procedimientos judiciales para esclarecer ciertos hechos que ocurrieron en las elecciones de 2007 y 2008 con la compra de votos por correo» han comentado los partidos.