El ministro español de Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, dejó claro este lunes que España “no tiene prejuicios contra nadie”, durante una reunión entre los titulares de Exteriores comunitarios con su homólogo chino, Wang Yi, quien pidió dar libre competencia a la tecnológica Huawei.
El jefe de la diplomacia china “ha insistido en que Huawei es una compañía 100 % privada, donde el Estado chino no tiene ninguna participación, pidiendo un terreno de juego homogéneo, nivelado para todo el mundo, que no se considere a Huawei como un enemigo de nadie”, explicó Borrell en una rueda de prensa tras el encuentro del Consejo de la Unión Europea (UE), al que hoy estuvo invitado Wang.
Borrell señaló que, “para las empresas españolas de telecomunicación, en particular Telefónica, sus relaciones con Huawei son muy importantes”.
“España no tiene ningún prejuicio en contra de nadie y hemos estado comentando esto con el ministro chino”, enfatizó.
En una rueda de prensa anterior, tras reunirse con la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, dentro de una sesión del diálogo estratégico entre las dos potencias, Wang instó a crear “un ambiente de competencia justa para empresas de otros países”.
En alusión a las limitaciones impuestas por Estados Unidos a Huawei, Wang insistió: “Nos oponemos a esta acusación arbitraria por propósitos políticos y a los intentos de hundir una compañía extranjera”.
El 7 de marzo, Huawei anunció una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos por haber prohibido sus productos en medio de las acusaciones de espionaje contra la compañía china, que inculpa a Washington de hackear sus servidores.
Preguntado por las condiciones de seguridad de las futuras redes de conexión móvil 5G, Borrell reconoció que se trata de una infraestructura “crítica”.
“Quien la controle tendrá sin duda una ventaja importante no solo en el campo de las telecomunicaciones, sino en la tecnología industrial en todos los sentidos”, comentó.
Dijo que habrá que ver “de qué manera Europa va a enfrentar el desarrollo de estas nuevas tecnologías”.
“No debemos excluir a nadie, pero, naturalmente, tenemos que tener las garantías de seguridad y control en algo que será tan determinante para el futuro industrial y también para las condiciones en las que se ejerce la comunicación y, por tanto, la democracia”, apuntó.
Preguntado si ha habido ingenuidad en Europa ante la pujanza tecnológica de China, Borrell reconoció que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue “paradójicamente el primero en tirar de la señal de alarma”.
“En su día nadie se lo tomó en serio, pero es cierto que hoy se plantea una batalla comercial que tiene un trasfondo tecnológico”, indicó, para a renglón seguido aclarar que las medidas proteccionistas adoptadas por Trump como respuesta “no han surtido ningún efecto”.
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