El presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Gerardo Cueva, niega que la falta de trabajadores para cubrir las vacantes en la hostelería tenga que ver con los bajos salarios y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha contestado a sus palabras diciendo que: “Tengo la convicción de que hay sectores que solo se explican por las malas condiciones de trabajo y por las deficientes retribuciones”.
Cueva criticó este miércoles que “liquidar un problema de esa magnitud con el mensaje demagógico y falso de que pagamos poco me hace concluir que, en este, como en otros asuntos, el Gobierno no piensa hacer nada”.
Por su parte, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, le dio la razón a la ministra de Trabajo diciendo que los puestos que quedan sin cubrir tienen que ver con las pésimas condiciones salariales que se ofertan y criticó que en muchas ocasiones el salario no da para pagar la vivienda a los trabajadores de hostelería que se van a trabajar a una ciudad turística.

Un 3% de los camareros que trabajaban en la hostelería antes de la pandemia no han vuelto a sus puestos y este episodio se va a agravar con el tiempo. Las razones son variadas: muchos camareros y cocineros buscaron otros trabajos que seguían funcionando a pesar de la pandemia, otros se dedicaron a formarse para optar a trabajos mejores y, otros perdieron sus puestos al cerrar los lugares donde estaban empleados.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en hostelería se cobran de media unos 1.300 euros brutos al mes en catorce pagas. Además los contratos son muy cortos y las jornadas laborales son en muchos casos eternas. A esto hay que añadir que hay casos en los que no existen los días de descanso y casos en los que parte del salario se paga en negro.
Diferentes condiciones según el país donde se trabaje
Hace unos meses, en una entrevista, el famoso chef español Ferran Adrià, afirmaba que un camarero, en dos o tres años, va a cobrar más que un abogado y comentaba que “un camarero en París en un buen restaurante está ganando 6.000 euros brutos al mes”.
Quizás esta cifra está algo adornad, pero lo cierto es que muchos países como Irlanda, Noruega, Austria y Alemania ofrecen puestos fijos y salarios que superan los 3.500 euros mensuales a sus trabajadores.
Al igual que España, Francia también sufre un déficit de trabajadores en el sector turístico. Como aquí, la mayoría de estos perfiles han buscado suerte en otros sectores, donde los salarios son más elevados y las jornadas mejor reguladas.
En Ginebra, por ejemplo, un camarero gana 20 euros la hora y en un mes puede llegar fácilmente a 2.400-3.200 euros sin propina, trabajando de 6 a 8 horas diarias durante cinco días. En Londres, un camarero gana 7,5 libras por hora y, trabajando a tiempo completo, puede recaudar 1.000 libras al final del mes, sin incluir propinas. Y en Copenhague, los camareros cobran alrededor de 18€ la hora, lo que significa unos 3.000€ al mes.
El caso es muy diferente en España, el país con mayor número de bares de Europa, donde, por ejemplo, en Santiago de Compostela, el salario mensual ronda los 1.000€ trabajando 9 horas al día 6 días a la semana.