Las y los periodistas han tenido una larga historia documentando «certezas». Una vez, Benjamin Franklin dejó claro que solo hay dos cosas seguras en este mundo: «la muerte y los impuestos». Aunque los impuestos parecen algo tan inevitable como la muerte, el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz nos recuerda en su prólogo de Evasión fiscal global 2024 que algunos, especialmente los multimillonarios, han logrado driblar a la temida Hacienda. «Puede que los milmillonarios aún no hayan alcanzado la inmortalidad, pero ciertamente se han vuelto más ágiles para evitar el fisco».
Los números detallados por el Observatorio Fiscal de la UE desenmascaran una cruel realidad globalizada: la evasión y elusión fiscales. Mientras se propone una tasa para gravar a los ultrarricos y se intenta sacar más fondos de España, se descubre que el país ha perdido cerca de cuatro mil quinientos millones de euros debido al desvío de beneficios de las multinacionales. Y si eso no fuera suficiente, la riqueza financiera de sus residentes en territorios offshore ha alcanzado un nuevo récord de 140.000 millones de euros, que supera en más del doble al gasto anual en educación.
Gabriel Zucman, colaborador cercano de Thomas Piketty y uno de los mentores del informe, lo resume de manera mordaz: “La evasión fiscal, el ocultamiento de riqueza y el traslado de beneficios a paraísos fiscales no son leyes de la naturaleza. Son el resultado de decisiones políticas o de la imposibilidad de tomarlas”. Aunque el panorama parezca desolador, hay avances notables, como el intercambio automático de información bancaria. Pero incluso con estos progresos, la riqueza en paraísos fiscales sigue creciendo.
LA GLOBALIZACIÓN Y SUS «REYES»: MULTINACIONALES Y MEGARRICOS
Si los multimillonarios son el producto estrella de la globalización, las multinacionales son los reyes del juego. Lo que estas corporaciones llevan a cabo a nivel global no es nada menos que un acto de malabarismo financiero, utilizando territorios de baja tributación para maximizar sus ganancias. Pese a los intentos por regular, como el proyecto BEPS de la OCDE, la elusión y evasión fiscal persisten. La UE, por su parte, sufre más que otras regiones debido a estas prácticas. Jurisdicciones como Países Bajos, Irlanda y Suiza lideran la lista de refugios para ganancias corporativas, y España, tristemente, ve cómo gran parte de sus beneficios se dirigen a estos cobijos.
El Observatorio se desespera al ver cómo la reciente iniciativa de la OCDE, que proponía un impuesto mínimo del 15% a multinacionales, se debilitó debido a negociaciones, excepciones y la posible no ratificación por países clave. La sugerencia es clara: eliminar las lagunas y elevar la tasa al 25%. Si se realizara esto, los ingresos se dispararían, beneficiando a todos.
No menos alarmante es el panorama que enfrentan las y los multimillonarios. Aunque han triplicado su riqueza en las últimas décadas, lo que pagan en impuestos es insignificante. Con el uso de instrumentos legales y empresas patrimoniales, logran tributar apenas un 0,5% de su riqueza. Es una situación que clama por una reforma.
Para concluir con una referencia cinematográfica, Zucman señala: “Es como en la película de Sergio Leone, El bueno, el feo y el malo. Tenemos un éxito, un revés y cuestiones sin abordar”. Y, mientras tanto, los paraísos fiscales siguen siendo el refugio preferido de muchos.
La propiedad inmobiliaria ‘offshore’ es otro capítulo que requiere atención. Ha surgido como el eslabón perdido en el intercambio de información. Aunque poseer propiedades en el extranjero no es ilegal, la opacidad con la que se opera plantea serias preocupaciones sobre lavado de dinero y evasión fiscal.
España y el mundo enfrentan un desafío fiscal titánico. La pregunta es: ¿tendremos la voluntad política para enfrentarlo?
Fuente: https://www.taxobservatory.eu/ Forbes