Xan Pereira
El que fuera exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, ha implicado por primera vez ante el juez a la expresidenta Esperanza Aguirre y a su sucesor en el cargo, Ignacio González, en las irregularidades en los contratos de la Administración autonómica. También responsabilizó a la actual presidenta, Cristina Cifuentes, al insistir en que tuvo «poder decisorio» sobre la caja ‘B’ del PP, gracias a una supuesta relación que habría mantenido con González.
Granados ha explicado en su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que eran los expresidentes regionales Esperanza Aguirre e Ignacio González quienes controlaban directamente los nombramientos de los cargos al frente de la Comunidad de Madrid.
El exconsejero explicó que Eduardo Larraz fue nombrado consejero delegado de la empresa pública de suelo Arpegio por deseo expreso de Aguirre. Larraz está imputado por cobrar comisiones de constructores a los que se adjudicaron parcelas del Plan Prisma. En su declaración, Granados insistió en que Aguirre era quien «lo supervisaba todo«. Indicó que este plan de viviendas reportaba ingresos a los ayuntamientos de Madrid, y cuando Aguirre pasó a presidir la Comunidad pidió que todos los trabajos los ejecutara la Administración autonómica y, por tanto, los ingresos también fueran a parar a sus arcas, porque «estaba harta» de dar dinero.
En las elecciones de 2007 y 2011 se estableció una estructura para reforzar las campañas de Esperanza Aguirre, cuyos fondos provenían de dinero público de la Comunidad de Madrid, según indica el exconsejero. Granados ha afirmado que el expresidente madrileño Ignacio González fue quien dirigió «en una primera fase» esa campaña «paralela de refuerzo» y que se pagó «a través de gastos de publicidad que se encargaban a empresas del ámbito de la Comunidad de Madrid«. Intuye que el dinero para pagar esa campaña de manera supuestamente irregular provenía de fondos de publicidad del Canal de Isabel II y de la propia Comunidad de Madrid.
El exconsjero insistió en que Aguirre era conocedora de la financiación irregular del partido y que delegó toda la responsabilidad en el consejero delegado Eduardo Larraz, razón por la cual Granados se desentendió del funcionamiento de esta empresa, aseguró exculpándose.