Reguladores federales y fiscales de más de 45 estados de EE.UU. demandaron este miércoles a Facebook por prácticas monopólicas para absorber potenciales competidores y asfixiar la libre competencia. Esta demanda es uno de los pasos más significativos que ha dado hasta la fecha el gobierno estadounidense contra la compañía tecnológica y, de alcanzar su objetivo, podría llevar a los tribunales a ordenar a Mark Zuckerberg la venta de Instagram y WhatsApp. Las demandas citan mensajes internos de Zuckerberg, como un correo electrónico de 2008 que decía que era «mejor comprar que competir».
La reacción de Facebook no se hizo esperar, y en un comunicado ha lamentado los “efectos adversos“ que dichas restricciones tendrán sobre la comunidad empresarial y los usuarios de sus servicios. La empresa de Mark Zukerberg alega que los acuerdos de compra de esas últimas empresas, ahora bajo la lupa de los tribunales, ya recibieron el visto bueno de las autoridades años atrás. «El gobierno quiere ahora una revisión, enviando a las empresas estadounidenses el mensaje escalofriante de que no hay venta que sea definitiva», dijo Jennifer Newstead, consejera general de Facebook. Newstead indicó que la compañía había invertido millones de dólares para que Instagram y WhatsApp fueran exitosos y que Facebook se defendería «vigorosamente» en las cortes.Instagram y Whatsapp
La demanda, presentada ante un tribunal federal de Washington, fue anunciada por la fiscal general del Estado de Nueva York, Letitia James, que encabeza la acción. Se centra en la adquisición de Instagram por parte de Facebook en 2012, la compra de WhatsApp en 2014 y las reglas que rigen a los desarrolladores de software externos. Los demandantes acusan a Facebook de adoptar un enfoque de «comprar o enterrar» a los rivales potenciales, perjudicando a los competidores. Acusan a Facebook que con esta actuación monopolística priva a los consumidores de los beneficios y ventajas de un mercado competitivo y con mayores garantías de protección de la privacidad. La compañía recibió una multa de 5.000 millones de dólares en 2019 por la fuga de datos del ‘caso Cambridge Analytica’.