Los costos de mitigación y reparación de los daños causados por la minería en aguas profundas serían astronómicos, absorbiendo recursos que podrían destinarse a iniciativas de desarrollo sostenible.

La explotación minera en aguas profundas se presenta como una promesa vacía para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), ofreciéndoles beneficios limitados mientras pone en grave riesgo la salud de sus océanos y su resiliencia ambiental. En el contexto de crisis globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, los PEID están en la primera línea de batalla, esforzándose por sostener sus comunidades y economías frente a desastres ambientales recurrentes.

LA MINERÍA EN AGUAS PROFUNDAS Y SUS RIESGOS

Para abordar estos desafíos y construir un futuro sostenible y resiliente, los gobiernos del mundo se reunirán en St. John’s, Antigua y Barbuda, del 27 al 30 de mayo de 2024, para la cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo. En este encuentro, la Coalición para la Conservación del Mar Profundo (DSCC, por sus siglas en inglés) y sus organizaciones asociadas alzarán la voz contra la amenaza de la minería en aguas profundas.

El océano es fundamental para la identidad y el bienestar de los PEID. Un océano saludable es esencial para sus medios de vida. Sin embargo, la minería en aguas profundas representa una actividad altamente destructiva que amenaza con desbaratar cualquier avance logrado en términos de resiliencia y sostenibilidad. A pesar del impulso global para detener esta industria, con 25 gobiernos solicitando una moratoria precautoria o una pausa, los defensores de la minería en aguas profundas siguen argumentando que generará importantes beneficios para los PEID.

LA REALIDAD DETRÁS DE LA PROMESA

Los expertos insisten en que la minería en aguas profundas ofrece beneficios limitados, si es que los hay, para los PEID. Además, advierten que esta actividad podría agravar la crisis climática y requeriría inversiones billonarias para su limpieza. Los impactos ambientales incluyen la destrucción de hábitats marinos únicos, la liberación de sedimentos tóxicos y la alteración de la biodiversidad, con consecuencias potencialmente devastadoras para los ecosistemas oceánicos y las comunidades costeras que dependen de ellos.

El informe de la DSCC destaca que los supuestos beneficios económicos de la minería en aguas profundas no compensan los enormes riesgos y costos ambientales asociados. Las ganancias potenciales para los PEID serían mínimas en comparación con las pérdidas que sufrirían en términos de biodiversidad, salud del océano y sostenibilidad a largo plazo.

Además, los costos de mitigación y reparación de los daños causados por la minería en aguas profundas serían astronómicos, absorbiendo recursos que podrían destinarse a iniciativas de desarrollo sostenible. En lugar de mejorar la resiliencia de los PEID, la minería en aguas profundas podría socavarla, dejándolos más vulnerables a los impactos del cambio climático y otros desafíos ambientales.

UN LLAMADO A LA ACCIÓN

Es crucial que los PEID se opongan a la minería en aguas profundas desde el principio, respaldando una moratoria precautoria o una pausa para proteger sus océanos y asegurar un futuro sostenible para sus comunidades. La DSCC y los expertos instan a los gobiernos a priorizar la conservación marina y el desarrollo sostenible sobre los beneficios económicos a corto plazo y los intereses de la industria minera.

En la conferencia de St. John’s, se espera que los líderes mundiales reconozcan la importancia de un océano saludable para la resiliencia de los PEID y tomen medidas decisivas para protegerlo. Esto incluye apoyar iniciativas de conservación marina, promover prácticas de pesca sostenible y invertir en tecnologías limpias que contribuyan al bienestar de los océanos sin comprometer su integridad ecológica.

Los PEID tienen la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente, rechazando la minería en aguas profundas y adoptando políticas que promuevan la salud del océano y la biodiversidad. La comunidad internacional debe respaldar estos esfuerzos y trabajar en conjunto para enfrentar los desafíos ambientales globales, asegurando que las generaciones futuras puedan disfrutar de un océano vibrante y saludable.

LA IMPORTANCIA DE LA CONSERVACIÓN MARINA

El océano es vital para la supervivencia y el bienestar de los PEID. Protegerlo no solo es crucial para preservar la biodiversidad y los ecosistemas marinos, sino también para sostener las economías y comunidades que dependen de sus recursos. La minería en aguas profundas pone en peligro estos objetivos, y los PEID deben rechazar esta actividad destructiva en favor de estrategias de conservación y desarrollo sostenible.

La DSCC y sus socios seguirán luchando para detener la minería en aguas profundas y proteger los océanos del mundo. Es esencial que la comunidad internacional escuche sus advertencias y actúe en consecuencia, apoyando políticas que prioricen la salud del océano y el bienestar de las comunidades costeras.

En conclusión, la minería en aguas profundas no es la solución para los desafíos que enfrentan los PEID. En lugar de proporcionar beneficios significativos, esta actividad amenaza con agravar los problemas ambientales y sociales, socavando los esfuerzos por construir un futuro sostenible y resiliente. Es hora de que los líderes mundiales tomen una posición firme contra la minería en aguas profundas y trabajen juntos para proteger nuestros océanos y las comunidades que dependen de ellos.

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