Francisco Serrano, presidente del grupo parlamentario de Vox en Andalucía, logró que la empresa de la que era administrador solidario y socio principal, Bio Wood Niebla SL, obtuviese más ayudas públicas de las que le debían corresponder por ley al declarar ser dueño de maquinaria industrial que en realidad no tenía, según denuncia Infolibre. Esta declaración falsa infló el préstamo recibido en más de dos millones de euros, según el medio.

Bio Wood Niebla SL, fundada en marzo de 2016 con Serrano como administrador y socio principal, no podría haber obtenido los 2,48 millones que recibió del Ministerio de Industria si se hubiese presentado sin esa maquinaria, ya que constituía más del 99% del valor de la compañía. Es el propio Serrano admite ahora que la maquinaria aportada no fue adquirida. Sin maquinaria, la empresa tenía unos fondos propios de 7.000 euros. Con maquinaria, de 1,24 millones.

Las empresas debían presentar para logran esta subvención, según la orden reguladora, un proyecto en el que explicaran su “viabilidad técnica” con una “planificación detallada de los medios técnicos y humanos […]”. En la descripción del proyecto de inversión, las sociedades debían indicar la “maquinaria utilizada”. Los solicitantes también debían detallar en la memoria descriptiva el “capital social” de la empresa.

Se trata de un artículo en la orden reguladora que hace crucial la aportación de la maquinaria por parte de Bio Wood Niebla. La orden introducía un requisito específico para empresas constituidas en el mismo año o el anterior a la convocatoria de las ayudas, como es el caso de Bio Wood Niebla.

La aportación falsa de la maquinaria permitió a la empresa sortear una norma establecida precisamente para limitar las ayudas a empresas recién constituidas y sin medios técnicos. Si la empresa administrada por Serrano hubiese declarado la verdad, Industria le habría podido dar un máximo de 21.000 euros.

Es llamativo que Francisco Serrano tenga un discurso político donde destaca la denuncia del descontrol de las subvenciones públicas, sobre todo a inmigrantes, feministas y asociaciones de memoria.

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