El producto MMS, a pesar de ser una sustancia prohibida y peligrosa, se comercializa como remedio para curar enfermedades como el cáncer, la hepatitis o el coronavirus covid-19 e incluso hay médicos que promocionan este remedio.
“En la asociación nos consta que hay profesionales sanitarios que promocionan el uso no solamente del MMS, sino de otras muchísimas pseudoterapias, o que incluso son negacionistas”, ha explicado Elena Campos, presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) en el programa Liarla Pardo.
“¿Por qué se promocionan y se usan? Por negocio, indiferencia e irresponsabilidad”, ha denunciando Campos. “Es una sustancia conocida desde hace muchos años. Se dieron casos de intoxicaciones, se denunció a los promotores de este tipo de pseudoterapias y se les multó”, ha añadido.
Uno de los más conocidos es Gabriel Ruiz. Su defensa del uso de este compuesto químico para curar el cáncer le ha llevado a ser denunciado ante los tribunales. El programa Liarla Pardo ha hablado con él y le preguntado si manda a sus pacientes que se tomen MMS. Ruiz ha contestado: “Yo no mando nada, ellos vienen y me preguntan. He oído hablar…qué le parece a usted. Pues les digo lo mismo que te digo a ti: si lo tomas adecuadamente, va bien. No es un medicamento, no pueden prohibirlo”.
El reportero le dice que la evidencia científica no respalda nada de eso y Ruiz responde: “¿La evidencia científica de quién?. La OMS es el organismo que más poder tiene en el mundo y con el miedo controla a todos. Y los gobiernos se aprovechan de eso, metiendo miedo a la gente para confinarles”.
Es entonces cuando el periodista de Liarla Pardo le pregunta: “Pero Gabriel, entonces, ¿la gente de qué se contagia?”.
“No se ha contagiado nadie, es una farsa. Cuando miran la temperatura con la pistola láser, están incidiendo en el cerebro y están provocando, a la larga, que la gente se suicide”, ha asegurado Ruiz.
Por su parte, la presidenta de la APETP ha advertido de que “o nos tomamos en serio y se imponen medidas y penas que sean disuasorias, o este ínfimo número de profesionales sanitarios que emiten este tipo de mensajes negacionistas va a ser suficientemente alto como para generar problemas”.