Soy de los que piensa que la política no es tan simple como nos la pintan. Que el juego de tronos que tenemos en España es complicado. Y aún lo es más cuando tenemos en nuestro tablero un partido de ultraderecha.
Un partido extremista que si pudiera nos eliminaría. Que si tuviera la potestad para hacer todo lo que quisiese nos borraría del mapa. Y lo haría por “rojos”, por “golpistas”, por “separatistas”, por “derecha blanda”, por “comunistas” o por “enemigos de España”. Lo harían porque no nos quieren y porque cuando nos miran lo hacen con odio, y básicamente no les gusta que opinemos diferente a ellos.
Y aquí en España tenemos un problema y es que el discurso ultra se ha normalizado. Cuando organizo debates y no invito a Vox (por razones obvias) algunos me dicen: ¿Vox no y Podemos sí? ¿Y ERC también?
Y claro que Vox no y Podemos sí. Claro que Vox no y ERC sí. Y Junts. Y PSOE. Y Cs. Y PP. Claro que sí porqué cuando hablamos de la ultraderecha no hablamos de “unos más”. Hablamos de una ideología totalitaria, simplista y que odia. Un punto de vista que si estuviéramos en 1936 básicamente nos fusilarían.
Esta normalización también la veo en gran parte de la izquierda. Muchos se piensan que hay que plantarle cara a Vox como se ha hecho anteriormente con otros partidos: con escraches o manifestaciones. Y creo que hay que actuar diferente. Y esto se demuestra en estos últimos meses.
En las elecciones catalanas la CUP boicoteó varios actos de Vox. Eso hizo que los verdes subieran mucho durante la campaña. En Madrid con Vallecas pasa similar. Tenemos una ultraderecha que tenía un 5/6% del voto en el último sondeo. Pues bien, van al barrio que saben que provocan más y hacen un acto. Y evidentemente van según que sectores del progresismo a liarla y caen completamente en el objetivo de Vox. Y ya está. El día siguiente toda esa prensa que le hace cobertura a los ultras sacan todos los titulares. Y de repente, un par de jornadas más tarde se publica una encuesta dónde los de Abascal suben dos puntos.
Pienso que a la ultraderecha hay que plantarle cara. Pero debemos hacerlo bien. Para empezar con inteligencia y yendo un paso por delante. Lo que no podemos permitirnos mas es hacer “el imbécil” haciendo un escrache que sabemos que acabará con portadas en los diarios victimizándolos. En siguientes ocasiones hay que tener claro que eso no ayuda ni suma. Al contrario, resta.
Tenemos que utilizar estrategia para vencerles. No hay que caer en las provocaciones y después hay desmontar con datos sus mentiras que sueltan en los debates electorales. Hace falta mucha precisión. Y sobre todo el poner por delante el “ganar a Vox” que “tener likes en tuits”. Y esto lo pongo ya que un periodista reconocido puso varios vídeos de las movilizaciones de Vallecas que solo publicitaba al Sr. Abascal.
Este articulo me parecía necesario ya que el ascenso de Vox no es un evento que nos podemos permitir mucho tiempo más. Todos los demócratas de España deben tener en cuenta que esta ultraderecha es peligrosa. Hay que contar que Vox preferiría que no hubiera africanos, ni catalanes, ni Derechos Humanos ni democracia. Debemos decir (y con pruebas, que tenemos bastantes), que no quieren Sanidad Pública, que no quieren educación pública que no quieren ayudar a los que no tienen y que no les gusta que haya un salario mínimo.
Hay que contarlo, pero debemos hacerlo bien y siendo inteligentes. Hay que hacerlo con la palabra y los datos. Y no con escraches, populismos de Twitter o maniobras emocionales.
PD: No tenía muy claro que foto poner en este articulo. Así que me decanté para poner a una leyenda del antifascismo: Salvador Allende, un Presidente que sufrió precisamente el ascenso de los ultras.
Esperaba ver al menos una lista de las “acciones inteligentes” propuestas… Una pena.