El responsable federal de Empleo de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, valora que la “brutal” caída del empleo el pasado mes de enero, unida a un “sostenido aumento de la precariedad”, conforman unos “datos muy malos, los peores desde 2014 y 2013, respectivamente. Desde Izquierda Unida nos reafirmamos en denunciar que las sucesivas reformas laborales, sobre todo la impuesta por el PP en 2012, seguirán mostrando su fracaso en la creación de empleo ya que sólo han servido para devaluar los salarios y precarizar la contratación”.
El paro registrado en enero por los servicios públicos de empleo ha aumentado en 83.464 personas, mientras que la afiliación a la Seguridad Social ha retrocedido en 204.865 afiliados. Para García Rubio, “estos datos son clarificadores en el sentido que apuntamos. En cuanto ha pasado el momento de las ventas navideñas, cuyos tibios resultados sobre el empleo quedaron reflejados en la EPA del último trimestre de 2018, con cifras menos positivas que las de los últimos años, la caída del empleo ha sido brutal y la precariedad ha vuelto a ser masiva en la contratación”.
Sobre este último aspecto, el dirigente federal de IU destaca que “el número de contratos indefinidos ha vuelto a caer y no llega al 10% del total de contrataciones; en definitiva, estamos ya en una etapa de menos empleo y peor contratación”.
García Rubio advierte de que “al Gobierno no le es posible ya seguir ni un minuto más sin tomar las medidas convenientes para revertir los efectos de la reforma laboral. Pedro Sánchez debe poner en marcha las líneas de trabajo necesarias para el cambio de modelo productivo”.
“Los propios datos negativos conocidos hoy -analiza el responsable federal de Empleo de Izquierda Unida- muestran que el mayor aumento del paro ha sido en el comercio y la hostelería, mientras que la construcción fue el único sector donde se crea el empleo. Es decir, los empresarios siguen aprovechando las medidas laborales vigentes para recuperar y aumentar sus beneficios. Esto se ve claramente en los resultados empresariales, especialmente los de las grandes compañías, pero no toman decisiones para mejorar lo más mínimo el modelo productivo”.
Así llega a la conclusión de que “en el fondo, volvemos a estar como al principio de la crisis mientras que, además, las exportaciones han dejado de crecer y el consumo interno se resiente como consecuencia de los bajos salarios y de la inseguridad laboral”.
José Antonio García Rubio apunta que “es imprescindible que se tomen medidas urgentes en materia económica y laboral, así como reorientar el crecimiento y hacerlo aprovechando con audacia todas las posibilidades que permita el contexto legislativo. Se pueden hacer muchas cosas aún sin mayoría parlamentaria. Además, el Gobierno debe prevenir las consecuencias de la ralentización ya evidente del crecimiento económico, que puede adelantar la llegada de una nueva crisis económica”.