La tragedia en Gaza se intensifica con cada hora que pasa. En medio de un bombardeo continuo, los gazatíes se encuentran atrapados, enfrentando una elección imposible: huir hacia el sur o arriesgarse a ser enterrados bajo los escombros de sus hogares. Israel, aunque ha extendido el plazo para que los civiles abandonen el área, sigue ejerciendo presión implacable sobre esta pequeña franja costera.
Las imágenes desgarradoras de la crisis inundan el mundo. Trabajadores humanitarios, entrenados para enfrentar situaciones extremas, también sucumben ante la barbarie. Un miembro de la Media Luna Roja, Zaizaz, se encontró el domingo llevando el cuerpo de un bebé en estado de shock. Alguien depositó el cadáver en sus brazos mientras se dirigían a una emergencia. La incredulidad y el terror llenan los ojos de quienes son testigos de esta atrocidad diaria.
Las cifras son devastadoras. Más de 2.200 personas han perdido la vida en Gaza, un cuarto de ellas niños. Los heridos, por otro lado, se acumulan en hospitales desbordados. La falta de suministros médicos esenciales, desde anestésicos hasta medicamentos básicos, paraliza a los médicos. La escasez de recursos ha llevado a situaciones inimaginables, donde los médicos deben decidir qué vidas salvar, mientras se enfrentan a operaciones sin anestesia.
Médicos Sin Fronteras, agotando su suministro para tres semanas en solo tres días, ha activado un teléfono de ayuda para sus propios trabajadores que están al límite emocionalmente. Estos profesionales enfrentan decisiones desgarradoras: elegir entre pacientes, amigos o incluso familiares cuando la escasez de suministros médicos pone en peligro la vida de las personas.
En este contexto de horror, doce agencias de ayuda humanitaria han pedido a Reino Unido mediar en el conflicto. Los médicos y cooperantes internacionales no están dispuestos a dejar a los gazatíes solos en esta lucha desesperada por la supervivencia.
La comunidad internacional observa con horror mientras Gaza, poco a poco, desaparece bajo el peso de una crisis humanitaria sin precedentes. La necesidad de intervención y ayuda urgente se vuelve más apremiante cada día que pasa.
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