Un año ha pasado ya desde el incidente racista que conmocionó al mundo. En el primer aniversario del asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco, su familia urgió el martes realizar una reforma policial radical durante una reunión con el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.
Biden y Harris recibieron a varios familiares de Floyd en la Casa Blanca, quienes antes sostuvieron encuentros con legisladores para presionar por un avance de la reforma policial, que está atascada en el Senado.
«Si puedes hacer leyes federales para proteger a los pájaros, al águila calva, puedes hacer leyes federales para proteger a las personas de color», dijo Philonise Floyd, el hermano menor de George, al salir de la reunión a puertas cerradas, que duró más de una hora.

La madre de Floyd, sus hermanos y su hija Gianna, junto con los abogados de la familia, se reunieron previamente en el Capitolio con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y otros legisladores.
Por su parte, cientos de neoyorquinos se lanzaron a las calles para pedir que se retiren fondos destinados a la Policía, que consideran sigue aterrorizando a la población no blanca de Estados Unidos.
«Hace un año, George Floyd fue asesinado por la Policía y la violencia estatal sigue aterrorizando a las comunidades BIPOC (Negros, Indígenas y Personas de Color). Estamos en una lucha para acabar con la violencia policial y proteger a nuestras comunidades», aseguró en las redes sociales la organización proinmigrante Make the Road de Nueva York, que convocó la manifestación.
«No es suficiente»
Brandon Williams, sobrino de George Floyd, consideró este miércoles tras visitar la Casa Blanca y el Congreso que su muerte ha logrado cambiar el mundo, «pero no es suficiente».
«Las cosas están cambiando, las cosas se están moviendo en una mejor dirección. Así que no podemos ser complacientes. No podemos sentirnos como si esto fuera suficiente, aquí es donde tenemos que acelerar aún más, y empujar y luchar aún más», declaró Williams. El joven sostuvo que hay que «luchar juntos para conseguir un objetivo, que es la justicia para todos».
Una reforma estancada
Sin embargo, pese a la acogida a la familia Floyd, la propuesta legislativa que lleva el nombre de Floyd está sin embargo estancada en el Senado. Veredictos de culpabilidad como la que hace un mes dictó la justicia contra el agente Derek Chauvin son todavía más la excepción que la norma.
La violencia en el país sigue siendo habitual, en especial entre sus ciudadanos más pobres, los negros; mientras los Floyd visitaban el Capitolio, hubo un tiroteo cerca de la plaza George Floyd de Minneapolis, como se ha bautizado al lugar donde el hombre encontró la muerte.
No hubo foto conjunta ni declaraciones a la prensa, como habría ocurrido seguramente si el Congreso hubiera cumplido el plazo que le marcó el presidente para pactar la reforma. Así lo prefirió Biden, explicó después su portavoz, Jen Psaki, por “razones estratégicas”, para dejar trabajar sin más presión a los legisladores. “El presidente todavía tiene muchas esperanzas de que va a firmar la ley George Floyd de Justicia en la Policía”, aseguró Psaki.





























