Los campamentos militares para niños y adolescentes llevan existiendo desde hace multitud de años. Estos campamentos militares están dirigidos a niñ@s y jóvenes de 11 a 21 años que tengan interés en las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado o en el entrenamiento militar.

Un ejemplo de este tipo de campamentos es el Campamento Militar El Gran Capitán, en donde, tal y como explica en su página web, no es un campamento exclusivo para hijos de militares sino para todos, aunque sí es cierto que el 50% de los asistentes son hijos o nietos de militares y de miembros de los cuerpos de Seguridad del Estado.

Los monitores son oficiales, militares en activo y en reserva, de diferentes cuerpos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil, que orientarán a los asistentes en los caminos posibles para el ingreso en las FAS como soldados profesionales o en las distintas academias e incluso en caminos de formación profesional o en carreras universitarias en la vida civil.

Es de carácter privado y no tienen nada que ver con el Ministerio de Defensa. Normalmente son gestionados por cada comunidad autónoma, las encargadas de la regulación de las actividades de ocio y tiempo libre para la infancia y la juventud.

El Gobierno preocupado por los campamentos militares para menores en España
El Gobierno preocupado por los campamentos militares para menores en España

Actividades

El Campamento Militar El Gran Capitán se autodefine como un campamento juvenil de verano estilo “militar, tradición y valores eternos, trabajo esfuerzo y entrega” y entre sus actividades se encuentran: clases de derecho civil, constitucional y penal; comportamiento civil y militar; defensa personal, a través de técnicas de defensa policial; técnicas de supervivencia; marchas de endurecimiento; formaciones y orden cerrado, entre otros.

El Gobierno está preocupado por la puesta en marcha de estos “campamentos de verano para niños soldados” cuyo objetivo es que los jóvenes realicen ejercicios como la escalada, supervivencia en la naturaleza, camuflaje, carreras de obstáculos, marchas nocturnas e incluso rescates en el mar, prácticas de primeros auxilios y defensa personal. Es decir, se busca despertar en los adolescentes y jóvenes la vocación militar.

Sus enseñanzas en el punto de mira

Sus enseñanzas han sido criticadas y colocadas en el punto de mira por parte de algunas formaciones políticas y la opinión pública en varias ocasiones, denunciando un posible aumento de actuaciones radicalizadas y que promueven el odio a raíz de sus actividades.

Según los expertos, los juegos violentos que fomentan los niños por su propia naturaleza, se puede llegar a convertir en una conducta habitual, generando un mensaje agresivo, en clave destructiva, y por eso las armas y las actividades bélicas son habitualmente censuradas en esta etapa. Uno de los mayores riesgos es que los niños comienzan a creer que todo puede resolverse de manera agresiva mucho más rápido y se terminan rigiendo por la ley del más fuerte.

Las alarmas del Gobierno y el Instituto de la Juventud han comenzado a sonar al ver imágenes de jóvenes portando armas y formando frente a simbología militar franquista, como la bandera de Borgoña y el águila bicéfala, unas actividades que han considerado preocupantes.

Además, han hecho hincapié en la Convención sobre los Derechos del Niño, según la cual “las actividades de tiempo libre para los menores de edad deben promover el análisis, la reflexión crítica y el compromiso con la transformación social entre los jóvenes”.

En lo referido a los denominados campamentos militares para menores, el Gobierno constata que para el Instituto de la Juventud (Injuve) “los niños deben realizar actividades partiendo de la convivencia y el trabajo en equipo en actividades de educación no formal relacionadas con la educación ambiental, la educación para el desarrollo, la educación para la igualdad, la educación intercultural o la educación para la paz”.

Por ello, exigen una revisión de las licencias de estos campamentos y animan a que se centren más en las actividades en la naturaleza, escalada y juegos educativos al aire libre.

1 Comentario

  1. RETRATO OPERATIVO DE UN AGENTE DEL CESID.A la compañía habíamos llegado soldados de diversas procedencias geográficas: andaluces, aragoneses, asturianos, y también catalanes y vascos… ., y de una gran variedad de profesiones y de niveles educativos. Era, lo que en terminos de la teoría de la información se denomina `un nudo`.
    Allí estaba él. Había entrado como voluntario y tenía pase de paisano. Desde el primer día supe que tenía formación previa como informador. Una de sus actividades era sugerir un tema de conversación comprometido, como por ejemplo el atentado contra Carrero Blanco. Sabía dirigir el debate en la dirección que le interesaba, siempre sabiendo mantener la discreción.
    También era cartero. Las cartas las llevaba primero a la segunda sección de Estado Mayor, donde se leían sin necesidad de abrirlas gracias a un spray de rayos láser, ahora disponible en las llamadas `tiendas del paranoico`.
    Tras terminar la mili ganó una oposición del Ministerio del Interior con el número 1, y ha ascendido de forma vertiginosa.

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