La desigualdad es una cuestión que tiende a estar bastante a menudo en el debate público y, aunque uno puede estar de acuerdo con que la desigualdad es un tema importante o puede no estarlo, lo que es innegable es que es un debate que ha calado entre la opinión pública.
Cuando se habla de desigualdad, la mayor crítica suele dirigirse hacia la desigualdad de riqueza y/o de ingresos y, en muchas ocasiones, se cree que la desigualdad de riqueza no tiene nada que ver con el talento, el esfuerzo, la inteligencia o la toma correcta de decisiones sino que es algo que proviene de una herencia recibida en la que el heredero no ha tenido nada que ver.
La realidad es que miles de jóvenes en todo el mundo se aferran a las herencias para realizar inversiones en vida o contar con ese respaldo familiar para poder acceder a determinados ámbitos laborales y sociales y poder llevar el nivel de vida que una vez disfrutaron sus padres.
Pero, en relación a la desigualdad de los países, varios estudios apuntan que las herencias representan un porcentaje mayor en el patrimonio de las familias pobres, permitiendo a sus beneficiarios compensar parte de sus escasas rentas del capital o del trabajo, y si no existieran la desigualdad sería más alta.

Otros sin en cambio sugieren lo contrario y señalan que solo un pequeño porcentaje de familias heredan cuantías o patrimonios lo suficientemente grandes como para que tengan un impacto en su porvenir económico a largo plazo. Esas familias suelen de clase alta, es decir, ya parten con una ventaja socio-económica antes de la transferencia intrafamiliar. En este caso, las herencias sólo agravarían las desigualdades de un país, tal y como recoge Magnet.
Distorsión de la igualdad debido a las herencias y donaciones en vida
Un nuevo estudio, publicado en el Oxford Economics Papers, se propone averiguar de qué modo distorsionarían las herencias y las donaciones en vida la equidad partiendo de una distribución de la riqueza equitativa e hipotética entre todos los hogares de un país.
Para averiguarlo los autores del estudio acuden a varias bases de datos censales y económicas de cuatro países desarrollados: España, Francia, Estados Unidos y Reino Unido y tratan de aislar el impacto de la herencia en el porvenir de cada hogar, controlando por otros factores como la edad o el género.
Los resultados son bastante significativos en relación a la distribución de la riqueza. Los autores atribuyen a las herencias o a las donaciones intergeneracionales en torno al 35% en Francia, en torno al 33% en España y en torno al 31% en Estados Unidos. Sólo en Reino Unido las herencias explicarían menos de un tercio (en torno a un 26%) de la desigualdad nacional.
En una investigación, centrada en Estados Unidos, la desaparición de las herencias reducía al 57% el volumen total de la riqueza nacional del 10% de las familias más ricas (respecto al 73% previo).
Impuesto de sucesiones
Para la OCDE en España se recauda poco por sucesiones, pero aún así está por encima de la media actual. Para paliar la desigualdad, la OCDE recomienda a los países eliminar las múltiples bonificaciones con las que se cuenta y armonizar este tipo de tributación en todas sus regiones, es decir, acabar con paraísos de sucesiones como Madrid.