La Guerra Civil provocó, entre otras cosas, lo que hoy en día conocemos como la pérdida del talento: cientos de intelectuales se vieron obligados a emigrar para poder encontrar, más allá de nuestras fronteras, lo que en España se les negaba. Francia, Argentina, México y la Unión Soviética fueron los principales destinos del exilio republicano. Aunque lo que habrían perdido de haberse quedado aquí no era la oportunidad de trabajar: eran su libertad e incluso su propia vida.
Aquel reconocido talento español tuvo que marchar, junto con miles y miles de personas, hacia otros países de Europa o de América para evitar ser represaliado. Vamos a mencionar a 10 intelectuales que emigraron de España a otros países temiendo por su vida o su libertad durante la Guerra Civil. Expondremos al mismo tiempo algunos libros, escritos a veces por otros autores, para quien quiera conocer mejor sus vidas o adentrarse en su obra. Muchas y muchos de ellos jamás pudieron regresar.
Luis Cernuda, poeta: en 1938 se exilió a Gran Bretaña, donde estuvo catorce años. En 1947 se marchó a Estados Unidos y su último destino en el exilio fue México. Nunca regresó a España.
María Zambrano, filósofa, cruzó la frontera francesa hasta París en 1939, aunque pronto partió hacia México. Más tarde estuvo viviendo en Puerto Rico y en Cuba.
María Teresa León, escritora, tuvo que exiliarse al final de la guerra, en 1939. En un primer momento fue a Orán, una ciudad al noroeste de Argelia. Más tarde se marchó a Marsella, estuvo viviendo en París, de ahí fue a Buenos Aires y terminó su camino en Roma.
Rafael Alberti, poeta, se exilió en 1939. El itinerario de su exilio fue Orán, Marsella, París, Buenos Aires y Roma, adonde se trasladó en 1962.
Pedro Salinas, poeta también, se marchó al exilio en Estados Unidos cuando terminó la Guerra Civil. Vivió allí hasta su muerte.
Concha Méndez, escritora y poeta, vivió el exilio en Cuba y en México.
Aurora de Albornoz, escritora, se exilió con su familia en 1944 a San Juan, en Puerto Rico.
Rosa Chacel, escritora, vivió más de 30 años en Río de Janeiro, en Brasil, bajo la condición de exiliada. Volvió a España a finales de los 60.
Ernestina de Champourcin, escritora, marchó con su marido al exilio en Toulouse. Más tarde se trasladó a París y, por último, a México.
Por último, Margarita Nelken, escritora, marchó al exilio en Francia junto con su madre, su hija y su nieta, antes de la ocupación nazi. Más tarde se trasladó a México, donde falleció.
Llegados a este punto, terminaremos añadiendo cinco libros con los que podemos conocer mejor el exilio republicano:
Victoria Kent, quien fue diputada y alto cargo durante los años de la República, así como una de las mujeres más sobresalientes del siglo XX en España, relata aquí los años en que permaneció escondida en París tras la invasión nazi, perseguida por la Gestapo y por la policía franquista.
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"Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón".
Antonio Machado.