En Kansas, EEUU, llevan experimentando excepcionales olas de calor con temperaturas extremas de más de 40ºC, que sumadas a la sequía y la humedad se han cobrado la vida de miles de cabezas de ganado. Estas muertes están provocando un fuerte impacto sobre la industria ganadera que ya ha visto sus rebaños disminuidos.
Al ser tan elevada la cantidad de cadáveres de ganado, las principales empresas de alimentación ganadera de EEUU, que normalmente convierten estos cadáveres en alimentos para mascotas o fertilizantes han colapsado, y han tenido que enviar miles de vacas muertas a un vertedero de Kansas para ser aplastadas por máquinas y mezclados con basura.
Según una exclusiva de Reuters, al menos 2.000 animales murieron en un fin de semana. A pesar de que el ganado suelen soportar altas temperaturas durante el día y disipa el exceso de calor en la noche, el calor extremo que prevalece día y noche hace que el ganado sea incapaz de liberarlo.
Tal y como señala Magnet, las vacas que mueren por estrés calórico no se transforman en carne para el consumo humano, pero sí en alimentos para animales, fertilizantes y otros productos.
Además, enterrar el ganado en pozos sin revestimiento supone un riesgo porque los desechos pueden filtrarse en las aguas subterráneas y, aunque las autoridades dieron permiso a las empresas para deshacerse de las vacas en vertederos, ahora tienen un gran problema de malos olores.
La ola de calor puede llegar a generar situaciones de estrés en el ganado. Las altas temperaturas pueden llegar a alterar la nutrición, la fertilidad y el bienestar de los animales, algo que se está estudiando cada vez más a raíz de las consecuencias del cambio climático.
Según detalla el Centro de Educación sobre Bienestar de Animales de Granja (FAWEC, Farm Animal Welfare Education Centre) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), “el estrés por calor es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los productores de vacuno lechero en muchas regiones del mundo”.
“El estrés por calor reduce el consumo de alimento y la cantidad y calidad de leche producida por las vacas, además de tener efectos negativos sobre la reproducción”, señalan, tal y como recoge La Vanguardia.
A consecuencia de este calor, las vacas disminuyen mucho su producción: de cinco a seis litros diarios, porque la energía la utilizan más en respirar que en producir. Desde el sector agrario se quejan de que con esta ola de calor no hay forraje para dar de comer a los animales y deben comprar alimento para sus explotaciones, un alimento que compran a precios desorbitados si no quieren recurrir al que tienen reservado para el invierno.
Todo esto tendrá un efecto dominó en los precios de los alimentos. Según Allianz, se prevé que el consumidor europeo medio gastará 243€ más en la cesta de la compra en comparación con 2021.
Según informa Magnet, un equipo de investigadores de la Universidad de Florida ya ha comenzado a desarrollar una vaca modificada genéticamente que sea capaz de adaptarse al calentamiento global y soportar los climas más cálidos con el objetivo de conservar la calidad de su carne a pesar de las altas temperaturas del futuro.
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los gobieros le suda la oligarquia se frptaq ls manos el dinero que ganaran y El gobierno en BAVIA
Igual no se les ha ocurrido tener cerca lugares con sombra, y agua fresca suficiente. Es una idea que les doy...