Hace unos días, una joven vasca llamada Ángela decidía quitarse la vida tras múltiples llamadas de auxilio a través de redes sociales en las que denunciaba “el trato denigrante y horrible” que sufría por un sistema de salud mental que consideraba ineficiente.
La joven explicaba en un tuit el día 5 de julio: “Llevo una racha muy mala por problemas no sólo sin tratar sino mal tratados por profesionales incompetentes. Son muchos años y mucho estar quemado. Tristemente he consumido 1 botella de ginebra en tres días, mezclando con BDZ y opiodes para descansar”.
El día 6, Ángela volvía a compartir un hilo suyo del día 4 de julio en el que hacía una recopilación de las negligencias médicas por las que estaba quemada y explicaba que “de no tratar el trastorno Bipolar acabé con una psicosis del copón y el diagnóstico fue esquizofrenia”, por lo que tuvo que ingresar en la planta de psiquiatría.
El día 7 de julio, la joven compartía una imagen en la que aparecían unos apuntes. En ellos, describía a su familia, psiquiatras, psicóloga y fiscal de menores como los focos principales de sus problemas y la causa de sentirse un «monstruo».
El día 8 del mismo mes, Ángela escribía: “Perdí la ilusión por la vida cuando al pedir ayuda no se me escuchaba, culpabilizaba, trato denigrante, etc.. muchas veces, muchos profesionales no sólo mal diagnosticando sino tratarme mal por ese mal diagnóstico”
La joven dejó programados unos tuits para una semana después de su fallecimiento en el que explicaba los motivos de su decisión y que han generado un profundo impacto: “Esto es un mensaje programado. No dejéis de luchar por una sanidad accesible a todos, en especial, a nivel de atención psicológica. Hace mucha falta. Y, en especial, cuidaos mucho. Ha sido un placer”.
“No ha sido impulsivo, no he avisado a nadie a consciencia. Me ha matado la familia disfuncional, los servicios sociales, el fiscal de menores y, sobre todo, el trato degradante y horrible en salud mental. Sólo quiero descansar, no ‘simplemente dejar de sufrir'”.
“No me da para citaros a todos, pero daos por aludidos todos. No he dicho nada porque no quero poner a nadie en la tesitura. Y recursos para mi caso no hay. Ya ni pensando en ayudar me queda fuerza. Cuidaos mucho y apoyaros en lazos afectivo, al final es lo único que nos salva”.
“Si me he olvidado a alguien, preguntale, estoy haciendo preparativos y ando un poco sedada”, finalizaba.
Ausencia de planes públicos para abordar la salud mental
La noticia ha conmocionado a las redes sociales, donde muchos usuarios, y también políticos, han lamentado su fallecimiento y han criticado la ausencia de planes públicos para abordar la salud mental. En internet se han multiplicado las muestras de afecto hacia la joven con el hashtag #TeEscucho e incluso algunos psicólogos han ofrecido sus cuentas para hablar con quienes lo necesiten.
“Acabo de ver el último tuit de una persona que al parecer se ha suicidado explicando sus razones. 10 personas como ella se quitan la vida al día. Léelo de nuevo: 10 al día. El Plan Nacional de Prevención del Suicidio no puede esperar más”, lamentó el portavoz de Más País, Íñigo Errejón.
Acabo de ver el último tuit de una persona que al parecer se ha suicidado explicando sus razones. 10 personas como ella se quitan la vida al día. Léelo de nuevo: 10 al día. El Plan Nacional de Prevención del Suicidio no puede esperar más.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) July 14, 2021
No es la primera vez Errejón aborda esta cuestión. En marzo, habló en el Congreso de los Diputados sobre las deficiencias del sistema de salud pública en cuanto a la atención psicológica y del problema de los suicidios en el país, cuando un diputado de derechas le gritó “¡Vete al médico!” a modo de insulto.
Que diputados de la derecha me hayan gritado "vete al médico" por preguntar hoy al Presidente por salud mental demuestra todo lo que queda por hacer. Nunca más el estigma ni la vergüenza. pic.twitter.com/5woETcU1oQ
— Íñigo Errejón (@ierrejon) March 17, 2021
La joven no ha sido la única que ha remitido queja del servicio de salud mental en España. Son miles de pacientes que no se sienten escuchados, que necesitan más de una sesión de terapia al mes y que no cuentan con los recursos necesarios para ello. Según la OMS cada año se suicidan casi 1 millón de personas y muchas otras lo han intentado. En el marco de la pandemia de coronavirus, seis de cada diez españoles tienen síntomas de depresión o ansiedad, mientras que el 70 % de los jóvenes se confiesa absolutamente desesperanzado.
El sistema de salud público de España cuenta con alrededor de seis psicólogos por cada 100.000 habitantes, según datos de 2018 recogidos por el Defensor del Pueblo, y cerca de 10 psiquiatras para la misma población. Estas cifras están muy lejos de la media de la Unión Europea (UE), donde en 2017 se contaba con 38 psicólogos por cada 100.000 habitantes, según el informe de la Organización Mundial de la Salud ‘Mental Health Atlas’ con datos de 2017. En algunos países, como Finlandia, la tasa es de 133 profesionales de la salud mental (entre ambas especialidades) para esa misma ratio.
Recursos de ayuda
Para aquellas personas con ideas suicidas o que conocen a alguien que atraviesa una situación difícil existen una serie de teléfonos con los que poder contactar como el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385). Además, la web de Papageno, asociación no lucrativa que busca prevenir el suicidio desde todos los ángulos, contiene un buen número de recursos como artículos de prevención o guías de ayuda para familiares o profesionales que estén interesados en la conducta suicida.
Papageno, en colaboración con la asociación andaluza de supervivientes
por suicidio de un ser querido (Ubuntu), atiende también a varios grupos de ayuda mutua
para supervivientes en varias provincias de Andalucía y Albacete. En la actualidad,
lo hace en Cádiz, Sevilla, Córdoba, Jaén y la mencionada Albacete.