Por Sergio González Espino

La condena a Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega se ha quedado en una inhabilitacion de entre año y medio y dos años por Desobediencia, sin embargo, han sido absueltos del delito de prevaricación administrativa. Más multas de 36.000€ a razón de 100€ diarios durante 12 meses. Una prevaricación es hacer algo mal a sabiendas de que lo realizado está mal. Teniendo en cuenta esta definición de prevaricación, ¿hicieron prevaricación al convocar un referendum no vinculante y sin consecuencias jurídicas?, o desde otro punto de vista, ¿votar una cuestión que se hacen los catalanes es prevaricar?, ¿votar es prevaricar?, ¿solo se puede votar para escoger los órganos que permite el Estado?, ¿acaso no se puede preguntar al pueblo de cualquier cosa?

El nivel de manipulación de España contra el ‘Procés Català’ es brutal. Mientras la prensa española se pone claramente en contra del movimiento popular a favor del referéndum, en el mundo entero se habla ya del tema con cierta preocupación. El juicio a Artur Mas se ha visto en los círculos independentistas y pro-referéndum como un juicio político descarado. Hay quien dice que la pena ha sido así (floja para los españolistas, innecesaria y fruto del afán persecutorio español para los catalanistas). Mientras PP y PSOE indican que acatan la sentencia y hasta les parece bien contra ‘las locuras separatistas’, ERC pone de relieve lo ‘antidemocrática que es esta sentencia’.

Más preocupación desata las ultimas declaraciones del Gobierno Hispánico en el escrito de alegaciones que ha mandado a la Comisión de Venecia, que vela por la calidad democrática de las normas jurídicas de los miembros del Consejo de Europa, pues, además de justificar la ultima reforma del Tribunal Constitucional, validada pero cuestionada por la propia Comisión de Venecia, se cuenta que hará España en caso de referéndum catalán.

Artur Mas lo volveria a hacer. Y cualquier democrata. La condena no tiene mucho sentido y confirma el caracter purgatorio y político del juicio del 9N.d’

Según las alegaciones enviadas a la Comisión de Venecia (que nos coloca a la altura de países con conflictos jurídicos, pocas garantías democráticas y bajísima seguridad jurídica como Moldavia, Azerbaiyán o Ucrania), también se relata sobre qué va a hacer España jurídicamente en caso de referéndum catalán.

El caso es que, de poner en marcha lo previsto, la situación se volvería igual de insostenible que en Yugoslavia en 1989, justo cuando suspendieron la autonomía a Kosovo y justificaron desde Serbia una política de re-centralización y sumisión del país a Serbia (vaya, en España ya está pasando lo mismo…) que desencadenó en las Guerras Yugoslavas. Rajoy prevé el uso del artículo 155 de la Constitución para Catalunya, un artículo que permite la suspensión de una autonomía si ésta desobedece reiteradamente un mandato que venga ‘de cualquier poder del Estado Hispánico’, o sea, del Tribunal Constitucional, del Gobierno, etcétera… Y en caso de que la situación se volviera más grave, se podría convocar los Estados de Excepción o de Sitio del artículo 116.

De convocarse un Estado de Excepción, la situación será de auténtica violación de todos los derechos fundamentales en perjuicio del pueblo catalán. Entre otros derechos, se podrán suspender los del 21, celebración de reuniones, o intervenir las comunicaciones (correos y postales, contemplada protección en el artículo 18), o los del 20, libertad de emitir comunicaciones de todo tipo mediante revistas o radio y TV. Esto permitiría intervenir a todos los medios de comunicación catalanes, parar e interrogar a los ciudadanos independentistas o incluso, a intervenir todo lo que se envia por correo a los catalanes. Sería regresar al franquismo más duro de los años 40 de un plumazo. Esta posibilidad, lanzada por Rajoy y confirmada en su escrito de alegaciones a la Comisión de Venecia de Garantías Jurídicas del Consejo de Europa, preocupa muchísimo en Europa.

Esta amenaza velada pasa porque el Estado Hispánico está viendo como la situación se les está yendo de las manos y que parece que el reiterado aviso de que se hará referendum catalán si no se sienta a negociar España se está materializando cada semana que pasa. En Finlandia se ha debatido sobre la situación catalana, los países bálticos están de acuerdo en que haya referendum y nacimiento de un Estado Catalán, y en Alemania, aunque la CDU diga públicamente que apoya a Rajoy, no descarta cambiar el paso y apoyar a Catalunya. Ya lo hicieron en los 90 con los países que surgían de las Guerras Yugoslavas, de ahí que fuera el primer país en reconocer a Eslovenia y Croacia como países independientes. Para ello, están observando detenidamente por lo que acabe sucediendo. En Alemania e Italia ya rechazaron las peticiones de referendum por parte de Baviera y el Véneto y están preocupados por el auge del independentismo y el nacionalismo de las naciones minoritarias. Incluso en el Capitolio de los USA se ha debatido sobre el referendum cata

En la misma Unión Europea, según afirman varios Eurodiputados, el referéndum escocés ha sentado precedente para dirimir si permanecer dentro de un Estado o si crear el propio para una nación, pero que a la propia Europa no interesa lo más mínimo crear nuevos Estados, porque ‘harían imposible la propia Unión Europea’, ya que ‘si es complicado entender y hacerse entender a 28 estados, hacerlo con 45 sería imposible’. Esto lo afirmó el lider del PSOE en Bruselas, Ramón Jauregui.

 

 

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