¿Quién dijo que el abuso de poder y la manipulación de la ley para satisfacer intereses privados no fuera un acto de corrupción?
El Partido Popular ha dejado bien claro que no abandonará a sus compañeros, incluso si tienen que poner la mano en el fuego por ellos. Este es el caso de Xavier García Albiol, quien ha sido acusado de prevaricación por la instalación irregular de antenas de telefonía en Badalona. A pesar de las acusaciones, los populares han decidido mantener a Albiol como candidato a la alcaldía y como miembro del comité de campaña liderado por Alberto Núñez Feijóo, y han dejado en claro que no consideran su comportamiento como corrupción.
La decisión ha sido acogida con un ambiente de tranquilidad en Génova, según fuentes cercanas al partido. Pero, ¿cómo pueden estar tan tranquilos con un caso así en sus manos? Al parecer, el Partido Popular tiene una noción muy particular de lo que constituye la corrupción. Si no hay enriquecimiento personal de por medio, entonces no hay corrupción. ¿Quién dijo que el abuso de poder y la manipulación de la ley para satisfacer intereses privados no fuera un acto de corrupción?
Según el Partido Popular, este es un caso menor. Solo se trata de una antena provisional que una empresa colocó sin licencia hace 12 años. En una ciudad de 220.000 habitantes, ¿cómo podría un alcalde conocer la existencia de esa licencia o no? Seguro que el tiempo y la energía que se gastaron en el tema de la antena podrían haber sido utilizados en otras cosas más importantes, como la construcción de parques o la mejora de los servicios públicos.
Además, ¿qué hay de malo en aprovecharse de un terreno de la Guardia Local que no cuenta con la preceptiva licencia urbanística? Las antenas de telefonía móvil son importantes, ¿verdad? La falta de cobertura puede ser muy molesta. Aunque el juez instructor haya constatado que la instalación de las antenas era contraria a la legalidad urbanística y medioambiental vigente en aquel momento, ¿qué importancia tiene eso?
En el Partido Popular, lo importante es mantenerse unidos y no abandonar a los suyos, sin importar las acusaciones en su contra. ¿Por qué dejar que las leyes y la ética se interpongan en el camino de la amistad y la lealtad política? La mano en el fuego puede doler un poco, pero al final del día, es solo una pequeña quemadura.