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A menos de cuatro meses de las elecciones del 2 de octubre, en la encuesta espontánea de Datafolha, la más prestigiosa de Brasil, en la primera vuelta Lula da Silva llega al 48 por ciento mientras Bolsonaro alcanza el 27. Aun cuando Sergio Moro ya no está en la encuesta, porque ha renunciado a ser candidato, Bolsonaro solo aumenta un 1%. La diferencia entre los dos favoritos, que era de 17 puntos, subió a 21.
El nivel de rechazo de Bolsonaro es de 54% contra, 33% de Lula. Entre los jóvenes –de 16 a 24 años– Lula tiene un 58% de apoyo. Entre las mujeres, Lula tiene 49% y Bolsonaro 23%. Entre los de renta más baja, Lula tiene un 56% de apoyo, Bolsonaro 20%. Entre los beneficiarios del auxilio Brasil concedido por el gobierno para las personas con menor nivel de renta, Lula tiene 59%, Bolsonaro 20%.
En el nordeste de Brasil Lula gana por 62% contra 17% de Bolsonaro. Entre los que se declaran negros, Lula gana por 57% a 23%. Entre los desempleados, por 57% a 16%. Entre las personas con enseñanza primaria, Lula gana por 57% a 21%. Bolsonaro triunfa entre los que ganan más de 10 sueldos mínimos, con 42% contra 32% de Lula. Hay empate entre los evangélicos: Bolsonaro 39% por ciento, Lula 36%. El 48% rechaza el gobierno de Bolsonaro, mientras que el 25% lo apoya.
Lula tiene sus mejores resultados con las mujeres, los jóvenes, los más pobres y la población del nordeste de Brasil. Bolsonaro tiene su apoyo más grande entre los empresarios, que tienen riqueza, pero no tienen votos. Lula tiene el apoyo de solamente un cuarto de los empresarios. Hay otros datos más en la más amplia y confiable encuesta sobre la disputa electoral a cuatro meses de la primera vuelta. ¿Qué indica el resultado del sondeo?
En primer lugar, como se dice en Brasil, el plato de comida es decisivo para la definición del voto. Lula denuncia, sistemáticamente, cómo se vivía mucho mejor en los gobiernos del Partido de los Trabajadores. Cómo la situación de vida de las personas se ha degradado desde que el golpe que ha roto la democracia en Brasil ha impuesto un gobierno sin legitimidad, hace ya seis años. En particular, en el gobierno actual, la miseria se ha incrementado de forma acelerada. La encuesta revela cómo ese discurso llega directamente a la gran mayoría de las personas. Que las denuncias sobre supuestas corrupción del PT, así como el discurso agresivo de Bolsonaro en contra del Judiciario y las continuas denuncias sobre la inseguridad de las urnas electrónicas no están entre las preocupaciones más importantes para la gran mayoría de los brasileños.
Queda claro que ése es el escenario que seguirá hasta la votación: profunda recesión y crisis social, desempleo de 14 millones de personas y la gran mayoría de las personas viviendo del trabajo precario. Como uno de los efectos de la divulgación de la encuesta, Bolsonaro canceló su tradicional actividad por la internet del jueves por la noche, trasfiriéndola para el día siguiente. Probablemente el tiempo que necesita para asimilar los resultados y adaptar su discurso.
Lula llamó a la cautela, para evitar el exitismo. Los medios han tenido que difundir ampliamente los resultados de esa encuesta. La perspectiva es que el apoyo a Lula se incremente en los próximos meses. La pelea ahora es para que Lula pueda triunfar en primera vuelta, bloqueando definitivamente cualquiera aventura golpista. Para lo cual desarrollan un trabajo dirigido directamente al 7% que representan los de electores de Ciro Gomes, que son de izquierda y que pueden adherir al voto útil en contra del golpe. De esos electores, el 40% prefiere a Lula como segunda alternativa, mientras que el 10% prefiere a Bolsonaro.
De esos votos puede depender la victoria de Lula en primera vuelta y la derrota definitiva de cualquier intento golpista.