La Reserva de Caza “Sierra de la Culebra” (RRCSC) localizada en la provincia de Zamora, se caracteriza por habilitar puntos de alimentación donde atraer a los lobos para garantizar su caza deportiva. Este controvertido método estuvo vulnerando la propia Ley de Caza de Castilla y León hasta que un decreto en el año 2016 “legalizó” esta práctica deleznable y favorecedora de prácticas furtivas (1).

La RRCSC, en un intento de redirigir la considerada incómoda actividad turística interesada en la observación de lobo ibérico, y sin tener aprobado desde hace 25 años el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del también declarado Espacio Natural y Reserva de la Biosfera de la Sierra de la Culebra (2), concede de forma arbitraria y con carácter de privilegio, burdas autorizaciones no vinculantes a determinadas empresas turísticas para ejercer en los lugares donde se antoja no provoquen molestias a la preeminente actividad cinegética. Y, donde igualmente centralizar, por parte del personal adscrito a la Reserva de Caza (3), la acción de control e intimidación habitual que se ejerce hacia los ciudadanos en el uso de sus derechos durante el disfrute de la observación de fauna salvaje. Uno de estos lugares mal “autorizados”, es el cebadero denominado como “Guardalabá”, situado entre las localidades de Ferreras de Arriba y Villanueva de Valrojo (Zamora).
Sin una legislación que prohíba la caza del lobo en todo el territorio nacional y que proteja adecuadamente a una especie fundamental en el mantenimiento del equilibrio natural de nuestros ecosistemas, tampoco se puede esperar mayor responsabilidad por parte de las autoridades para regular el turismo de naturaleza comercial sin poner en riesgo la integridad y tranquilidad de estos animales.
Si queremos comprender cuáles son las consecuencias que tienen para los lobos un aporte continuado de alimento, en este caso para su atracción turística, sólo tenemos que remitirnos a los especialistas. En el libro “Etología del lobo y del perro” de David Nieto Maceín se explica a este respecto: «La conducta social del lobo se basa en la perfecta organización para la práctica de la depredación, la necrofagia fomentada puede trastocar, en varias generaciones, las claves de conducta de la especie hasta puntos alarmantes, pues no solo implica un cambio en la orientación trófica, sino que, con ello, también un cambio en los esquemas conductuales»,o dicho de otro modo «(…) conlleva gravísimos problemas derivados de la incapacidad de los juveniles para desarrollar a fondo todas las manifestaciones de comportamiento social y predatorio que les permite adiestrarse adecuadamente en el ejercicio de la caza en la Naturaleza.».
La habituación a los lugares de ceba, unido a la continuada presencia de personas atraídas turísticamente y situadas a distancias insuficientemente alejadas, conlleva comprometer seriamente la supervivencia de los lobos. No olvidemos que es aquí donde se les mata y que, en condiciones “normales” en temporada hábil de caza, los aportes suelen ser puntuales para satisfacer el costoso y macabro capricho de poseer la cabeza disecada de un lobo como trofeo. Esta práctica no siempre garantiza el éxito de captura porque no se ceba todo el año y porque los puntos de aporte varían en función de como cambien los lugares de cría de los lobos. Concretando, hay cupos que quedan desiertos, primero por la liberadora astucia propia de la especie y, especialmente, por la ausencia de costumbre. Pero ¿qué ocurre cuando los aportes se producen a lo largo de todo el año?, que los lobos terminan confiados y se convierten en objetos de escopeta de feria (4), circunstancia producida por la recurrencia del recurso, personalizado y favorecido por parte del personal Celador de Caza con objeto de mantener una suerte de observaciones inducidas de lobo para los servicios turísticos de AHERCA y ZAMORA NATURAL del “Cluster Interior Legendario” (5). Cuando no son estos mismos los que ceban con piensos para perros ante la ausencia de la carnaza derivada de los descastes “oficiales”. Hechos consabidos (6) y justificados con toda desfachatez en el punto 5 de su “Informe Impacto 0”(7).
Pero además, la presencia de estas empresas sin restricciones de acceso a lo largo y ancho del espacio de la RRCSC y fuera de lugares adecuados para la observación, no solo es inapropiado en la práctica turística, sino que revela la ausencia de confidencialidad sobre la distribución de las manadas por parte del personal de la Reserva de Caza comprometiendo nuevamente la supervivencia de estos animales al descubrir sus entornos vitales y contribuyendo, por si ya fuera poco, al impacto de futuras visitas incontroladas de personas que en su día fueron clientes de estas empresas.
Tomamos un fragmento del Real Decreto 416/2014, de 6 de junio, por el que se aprueba el Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad 2014-2020, en su Anexo punto 1 en el que se dice que: “(…) hay que mejorar la forma en que se practican las actividades relacionadas con el medio natural, para evitar impactos no deseados sobre la biodiversidad (…)” para demostrar que no es un juicio subjetivo, sino la constatación del aún insuficiente esfuerzo de regulación legislativa al respecto.
El Código Ético de la Asociación de Guías de Naturaleza de Extremadura (GUIDEX), documento profesional y comprometido de referencia, establece como norma obligatoria a cumplir por sus socios: “ (…) dar prioridad al bienestar de las diferentes especies de fauna y flora silvestre sobre cualquier otro interés. El guía tiene la responsabilidad de que su conducta y la del grupo no resulte negativa para las especies que se pretende observar”.
Un turismo responsable y ético no puede legitimar ni fomentar estas prácticas por mucha “legalidad” que proporcionen las autorizaciones de la Junta de Castilla y León, administración que incumple o modifica a conveniencia la normativa ambiental y que demuestra un empeño cercano a la patología por controlar al lobo. Es el beneficio económico y no el de la conservación o la educación ambiental, por mucho ruido mediático y cínico que en sentido contrario nos quieran infundir (8), el que prima en la actividad de estas empresas con la complacencia y permisividad de la Dirección de la RRCSC.
Sean honestos y revelen a sus clientes de que les sitúan ante cebaderos donde se favorece la muerte de lobos con su presencia.
Firma aquí la petición para salvar al lobo de los censos oficiales, planes cinegéticos y reservas de caza en CyL.:
https://www.change.org/p/ministra-isabel-garc%C3%ADa-tejerina/u/22424056
Referencias:
(1)“Atractivos para abatir lobos”. Opinión de Zamora.
(2)“La Junta revoca la orden para regular los recursos de la Culebra dictada hace 24 años”. Opinión de Zamora.
(3)“Celadores de caza matan especies de interés turístico frente a los visitantes en una Reserva de la Biosfera de Zamora”. Tercera Información.
(4)“Más pruebas sobre las consecuencias de cebar lobos con fines turísticos”. Actualización en la petición de firmas en Change.org “Salvar al lobo de los censos oficiales, planes cinegéticos y reservas de caza en CyL”.
(5)“Malas prácticas e intrusismo profesional en la actividad turística en torno al lobo ibérico en la Sierra de la Culebra (Zamora)”. Tercera Información.
(6)”Denuncian trato de favor hacia una empresa dedicada al turismo del lobo”. Opinión de Zamora.
(7)“Informe Impacto 0”. Cluster Interior Legendario. (www.lobomarley.org) J.A. Hernández Blanco, Angel M. Sánchez, J. I. Vega. 2013
(8)¿Dónde están los lobos?. Opinión de Zamora.