Según constatan las universidades y la Cámara Nacional de Mercados y Competencia, la corrupción nos cuesta 87.000 millones de euros cada año. Gürtel, Bárcenas, Palma Arena, Nóos, Cooperación, Imelsa, Fundación, Malaya, Orquesta, Taula… Más de 175 tramas desde que comenzó la democracia y 126 originadas solo entre PP y PSOE, 1.660 causas en 2013, en datos del Consejo General del Poder Judicial, y hasta 125 casos de corrupción en 2016. Todas estas cifras son de los casos que han salido a la luz, lógicamente existen muchos más de los que nunca vamos a tener noticias.

La media de detenciones en España relacionadas con casos de corrupción por casos de corrupción es de siete personas, en los últimos cuatro años se han detenido un total de 7.140 personas.

Esta corrupción endémica cuesta más de 500 euros al año a cada español y la cifra que no para de crecer porque los casos siguen aumentando, cada mes se destapan una media de diez casos nuevos de corrupción.

47.600 millones de euros, más de la mitad de lo defraudado, se corresponde con sobrecostes en la administración del Estado por las deficiencias en el control de las contrataciones públicas. Los otros  40.000 millones son los derivados de forma directa e indirecta de las múltiples formas que tiene la corrupción. El fraude a la Seguridad Social es el más frecuente con más de un 16% del total y seguido por cohecho, prevaricación y fraude a la Hacienda Pública con más de un 8%.

Para prevenir esto, España cumple los mandatos de los Convenios de lucha contra la corrupción de Naciones Unidas y tras la reforma de 2015 el Código Penal ha ampliado la casuística de casos de corrupción e intensificado las penas. Lo que está claro es que esto no es suficiente. Hasta que las penas por corrupción logren que los defraudadores sepan que no sale rentable robar, no vamos a cambiar la tendencia.

Este es el hilo creado estos días en nuestra cuenta de Twitter sobre el tema:

 

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