La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, contestaba la semana pasada a través de su cuenta de Twitter a las informaciones que se publicaron sobre la contratación en términos abusivos de una ex empleada del hogar.
Periódicos como El Mundo y Ok Diario se hacían eco de que la ex trabajadora de Rosell la denunciaba por negarse a hacerle un contrato, pagarle con dinero en B y despedirla durante una baja médica. No contaban con que la exjueza conocía el “bulo” desde hacía un mes.
Rosell señalaba con el dedo a Vox por esta denuncia: “Me avisaron de que Vox contactó con ella para que dijera esto por dinero y ya denunciamos la extorsión”. Para no dejar nada al azar, adjuntaba capturas de pantalla de los recibos de la Seguridad Social de los meses de mayo, junio y julio de este 2020. Rosell denunciaba ante la Policía Nacional el pasado 18 de julio un presunto chantaje y fue judicializada. Se encuentran en el Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria.
Ahora, tras la exposición y denuncia de Victoria Rosell, la exempleada doméstica ha retirado de su demanda laboral la exigencia de 10.000 euros. Esa cantidad aparecía consignada en la papeleta de conciliación previa a la demanda, que acabó sin acuerdo el 23 de julio en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SEMAC) de Las Palmas de Gran Canaria, como una de las exigencias de la trabajadora a su empleador, el periodista Carlos Sosa, director de Canarias Ahora y pareja de la magistrada en excedencia.
La participación de Vox en la operación contra Victoria Rosell vendría de la mano del empresario Luis Ricardo Rosales Medina, quien desveló supuestamente la existencia de la demanda laboral un día antes de que fuera notificada a Sosa. Según señala ElDiario.es, Rosales le dijo el jueves 16 de julio tener “algo gordo” contra “esa chica que está contra la violencia de las mujeres” y que se publicaría a resultas de lo que ocurriera en el acto de conciliación en el SEMAC, previsto para siete días después.
Este empresario está relacionado con Vox en Las Palmas y fue quien tanteó a algunos periodistas para contratar uno como director de comunicación del partido, llegando a manifestar estar dispuesto a pagar los salarios de su propio bolsillo.