La entidad de O Couto (Ponteceso), que a menudo organiza auténticos “baños de multitudes” a nivel mediático para altos cargos y afines al PP que rodean al Ejecutivo de la Xunta, todavía no se ha manifestado a nivel público sobre el desastre ambiental que se cierne no sólo sobre la Costa da Morte coruñesa, sino sobre todo el territorio y más recientemente sobre su litoral por el desembarco de proyectos de eólica marina.

La instalación descontrolada de parques eólicos está suponiendo una de las problemáticas ambientales más importantes de la historia reciente de Galicia / Creative Commons

Hace unos días fue Carmen Pita, directora de Promoción de Turismo de Galicia, la que apostó en la sede de la fundación en un evento organizado por la FEP y la propia Xunta, por convertir la comunidad autónoma en un modelo de turismo sostenible y trabajar en la protección, conservación y puesta en valor de los recursos endógenos, teniendo en cuenta valores de sostenibilidad ambiental y social.

Mientras esto sucedía en Ponteceso, otro asiduo de la Fundación Eduardo Pondal, el conselleiro de Industria Francisco Conde, promocionaba en paralelo a nivel parlamentario su apuesta “de respeto al medio ambiente” a través de la implantación de parques eólicos por todo el territorio, que el tiempo, y las leyes 5/2017, de fomento de la implantación de iniciativas empresariales y 9/2021 de simplificación administrativa, normas que han demostrado que únicamente han servido para disminuir los plazos de participación pública para la población afectada concediendo a su consellería, la de Industria, plenos poderes en la aprobación de este tipo de proyectos energéticos.

El conselleiro de Industria Francisco Conde en un acto público de la Fundación Eduardo Pondal / Xunta de Galicia

SILENCIO ABSOLUTO SOBRE LOS PARQUES EÓLICOS QUE AFECTAN AL PAISAJE PROTEGIDO DE LOS PENEDOS DE PASARELA Y TRABA

Mientras el tiempo pasa y las actuaciones del Gobierno de la Xunta con el PP del frente siguen su curso la FEP, estrechamente vinculada al Partido Popular en algunos de sus cargos directivos y receptora de abundantes subvenciones públicas habla en sus redes sociales de que “el paisaje es uno de nuestros grandes tesoros” mientras calla sobre la problemática generada por los cuestionadísimos parques eólicos que afectan a la Costa da Morte, como As Salgueiras, la repotenciación del de Corme o los polémicos proyectos Monte Chan, Pena dos Mouros y Soesto, que la multinacional portuguesa EDP Renovables pretende instalar rodeando el Paisaje Protegido de los Penedos de Pasarela y Traba llegando incluso a implantar dos aerogeneradores de colosales dimensiones en su corazón pétreo.

EL RECUERDO DE EDUARDO PONDAL

“Penedos de Pasarela, cando vos vexo, Penedos, suspiro de amor por ela”. Así cantaba “O Bardo” de Ponteceso Eduardo Pondal la belleza de uno de los dos paisajes protegidos existentes en Galicia en su obra de referencia, “Queixumes dos pinos” (1886), el mismo enclave que ahora sufre la agresión de la ola incontrolada de proyectos eólicos que asola el territorio gallego.

Una petición de la plataforma change.org, que ya recoge miles de firmas contra la instalación de los aerogeneradores en el entorno de los penedos, recuerda que estas formaciones graníticas, “creadas por el arte de los dedos del tiempo”, fue declarada paisaje protegido en el año 2008 y que, ante todo, este paraje natural “es mucho más que piedras”.

La Ley 42/2017, de patrimonio natural y de la biodiversidad, señala que los paisajes protegidos son aquellas partes del territorio que las administraciones competentes, a través de la planificación aplicable y de acuerdo con el Convenio Europeo del Paisaje, consideran merecedoras de una protección especial “por sus valores naturales, estéticos y culturales” y su gestión tiene como objetivos principales “la conservación de los valores singulares que los caracterizan, así como la preservación de la interacción armoniosa entre la naturaleza y cultura de esa zona”.

Espectacular paisaje de los Penedos de Pasarela y Traba / Wikimedia Commons

Sin embargo, aunque la Fundación Eduardo Pondal y su gerente y asesor cultural del PP en la vecina localidad de Cabana de Bergantiños José María Varela Martínez publicita una y otra vez la “defensa” del paisaje, la entidad está guardando un clamoroso silencio ante los proyectos que, actualmente distribuidos por toda Galicia, amenazan con destruir el territorio cantado por el mítico bardo pontecesán más allá de los Penedos de Pasarela y Traba, como en caso del parque eólico As Salgueiras, que pone en peligro en toda su dimensión los “Paisajes Pondalianos”, dado que las infraestructuras del parque eólico están incluidas dentro del ámbito de aplicación de la normativa del Plan de Ordenación Litoral de Galicia (POL) y en las unidades de paisaje Monte Branco, Praia de Balarés, Esteiro do Anllóns, Cantís do Canteiro y Brañas de Gondomil, incidiendo parte de las instalaciones del proyecto sobre espacios de interés paisajístico y de protección de ladera.

Campaña propagandística de la Fundación Eduardo Pondal en defensa de los “Paisajes Pondalianos”.

Carlos Penedo, desde la Rede Galega por un Rural Vivo y la Plataforma Salvemos As Salgueiras, lleva años insistiendo sobre la importancia de proteger el litoral del fin del mundo de la amenaza eólica dado que el Espacio Marino de la Costa da Morte, protegido por la Red Natura 2000, es un santuario para las aves migratorias. De hecho, se calcula que más de un millón de aves pasan por la zona durante el verano y el otoño, convirtiéndose esta en “una importante área reproductora y de alimentación” tanto para especies migratorias como para las locales.

“Xente do Rural”, una asociación de otra localidad perteneciente a Ponteceso reivindica, más allá de la imprescindible protección de la naturaleza “el derecho de los pueblos y los territorios al paisaje, al patrimonio y a la cultura” denunciando “el expolio y destrucción” que suponen este tipo de proyectos.

Estamos ante un negocio en el que políticos y empresas eólicas juegan a quien saca la mejor tajada. Un modelo especulativo, injusto y antidemocrático” –denuncia Carlos Penedo-, algo que confirma la Asociación Petón do Lobo de Corcoesto, que califica de “osadía” la agresión paisajística que supone la instalación de aerogeneradores en el entorno del mágico paisaje de los Penedos de Pasarela y Traba, considerado como uno de los más singulares de todo el territorio gallego, un recurso natural que, a juicio de la entidad “necesita de una protección que asegure su conservación compatible con el uso público y con el disfrute de la naturaleza en este espacio” tal y como marca la legislación vigente.

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