La tragedia del pasado sábado 10 de febrero de 2024 en Barbate (Cádiz), donde dos agentes de la Guardia Civil perdieron la vida tras ser embestidos por una embarcación utilizada en el tráfico de drogas, ha avivado la preocupación sobre los recursos disponibles para las misiones contra el narcotráfico.
Voces críticas, como la asociación Justicia para la Guardia Civil (Jucil), han señalado los “limitados y deficientes recursos” y la “falta de respuesta” del Ministerio del Interior en la lucha contra el narcotráfico en Cádiz.
En el contexto actual, un tercio de los vehículos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil supera los 20 años de servicio, sobrepasando la vida útil estimada, según documentos oficiales a los que ha tenido acceso Vozpópuli.
Esto ha generado dificultades para perseguir a los narcotraficantes en el Estrecho, ya que las embarcaciones de la Guardia Civil no pueden alcanzar las veloces embarcaciones de los narcotraficantes.
Ante este problema, el Ministerio del Interior anunció recientemente un expediente de contratación para el suministro de tres embarcaciones patrulleras de alta velocidad para la Guardia Civil, con el objetivo de “aumentar y renovar sus capacidades logísticas y operativas”.
Estas embarcaciones buscan mejorar las capacidades de la Guardia Civil en el control de la inmigración irregular, la lucha contra el narcotráfico, la vigilancia de fronteras, la protección del medio ambiente marino y el cumplimiento de tareas en el ámbito marítimo.
Actualmente, la flota de embarcaciones medias de alta velocidad de la Guardia Civil presenta un envejecimiento significativo, superando los 20 años en algunos casos. La vida útil de estas embarcaciones se estima en 15 años, y muchas no cumplen con las condiciones necesarias para los servicios que prestan. Además, se ven envueltas en persecuciones con embarcaciones de narcotraficantes que realizan maniobras de embestida, como la ocurrida en Barbate.
La Dirección General de la Guardia Civil reconoce la necesidad de renovar estas embarcaciones para enfrentar la violencia de las acciones de los narcotraficantes. El contrato estimado para este proyecto es de 7,5 millones de euros, con el objetivo de adquirir embarcaciones más potentes y resistentes para prevenir tragedias como la de Barbate.
La nueva flota se busca con materiales más robustos, como el aluminio, para garantizar una mayor resistencia y durabilidad. La inversión busca no solo mejorar la eficacia en la lucha contra el narcotráfico, sino también garantizar la seguridad y vida útil de las embarcaciones de la Guardia Civil.
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