La necesaria energía sostenible para una nueva era verde

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El uso de la energía se considera sostenible si satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.Las fuentes de energía renovable como la energía eólica, hidroeléctrica, solar y geotérmica son generalmente mucho más sostenibles que las fuentes de combustibles fósiles. Sin embargo, algunos proyectos de energía renovable, como la tala de bosques para producir biocombustibles, puede causar graves daños medioambientales. Por ello, es importante encontrar la energía verde perfecta para nuestro futuro.

El sistema energético global, que se basa en un 85% en combustibles fósiles, es responsable del 76% de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático. Inasumible. Alrededor de 790 millones de personas en los países en desarrollo carecen de acceso a la electricidad y 2.600 millones dependen de combustibles contaminantes como la madera o el carbón vegetal para cocinar.

La quema de combustibles fósiles y biomasa es un factor importante que contribuye a la contaminación del aire, que causa aproximadamente 7 millones de muertes cada año. La transición a un sistema energético con bajas emisiones de carbono tendría importantes beneficios colaterales para la salud humana.

La gran transformación verde

Para alcanzar el importante hito de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles consistentes con el Acuerdo de París se requiere una transformación en todo el sistema de la forma en que se produce, distribuye, almacena y consume la energía. Existen vías para proporcionar acceso universal a la electricidad y tecnologías limpias de forma que sean compatibles con los objetivos climáticos, al tiempo que aportan importantes beneficios económicos y de salud a los países en desarrollo.

Las actuaciones para luchar contra el cambio climático dibujan vías en las que el mundo cambiaría rápidamente a métodos de generación de electricidad de bajas emisiones, dependería menos de la quema de combustibles para obtener energía y dependería más de la electricidad. Para algunas tecnologías y procesos que consumen mucha energía y que son difíciles de electrificar, muchos escenarios describen un papel cada vez más importante para el combustible de hidrógeno producido a partir de fuentes de energía de bajas emisiones.

Para aumentar la proporción de energía renovable variable, las redes eléctricas requieren flexibilidad a través de la infraestructura, como el almacenamiento de energía. Los necesarios recortes profundos en las emisiones, la infraestructura y las tecnologías que usan energía, como los edificios y los sistemas de transporte, requieren modificarse para usar formas limpias de energía y también para conservarla.

Pero para pasar por todas estas fases necesitamos un cambio donde es más importante: en la mentalidad de los que mandan. Son necesarios cambios políticos con que incluyan fijación máxima de precios del carbono, ayudas para realización de obras para adaptar edificios a tecnología limpia, eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles, el desarrollo de infraestructura para apoyar la electrificación y el transporte sostenible, y la financiación de la investigación, el desarrollo y la demostración de nuevas tecnologías de energía limpia. Sin ese paso, el mundo verde está aún lejos.

 

 

 

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