Naciones Unidas aseguró hoy que está siguiendo de cerca la vuelta a Venezuela del líder opositor Juan Guaidó y volvió a subrayar la importancia del diálogo para encontrar una solución al conflicto político.
“Por lo que he visto (Guaidó) ha podido entrar en el país sin dificultades. (…) Seguiremos de cerca la situación”, afirmó hoy en una rueda de prensa el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric, que apuntó que la organización sigue estando “muy preocupada” por la situación que se vive en el país.
Dujarric concretó que para el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, “es importante que todos los actores políticos en Venezuela y en el extranjero hagan esfuerzos para minimizar las tensiones”.
El portavoz también insistió en que la “situación sólo se puede solucionar con un diálogo político”, una posición en la que la ONU ha recalcado en numerosas ocasiones.
Venezuela vive una situación de inestabilidad política desde el 10 de enero, cuando Maduro volvió a tomar posesión del cargo de presidente tras imponerse en las elecciones de mayo pasado, no reconocidas por parte de la comunidad internacional.
El 23 de enero el opositor Juan Guaidó invocó varios artículos de la Constitución venezolana para defender que, como jefe del Parlamento, podía declararse presidente interino del país al considerar “ilegítima” la toma de posesión de Maduro.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, pidió la semana pasada al Consejo de Seguridad de la ONU la aprobación de una resolución que rechace “la amenaza y el uso de la fuerza” contra el país tras denunciar supuestos preparativos de EE.UU. para intervenir militarmente en Venezuela.
Sin embargo, el organismo máximo de decisión de la ONU no consiguió el pasado jueves sacar adelante una resolución, al chocar frontalmente las propuestas de EE.UU y Rusia.
Washington proponía la celebración de elecciones libres y logró los apoyos de nueve de los 15 países del Consejo de Seguridad pero se encontró con el veto de Moscú y Pekín, que apoyan al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y consideran las presiones estadounidenses y de la Unión Europea (UE) una injerencia en los asuntos internos del país.