Los países miembros de la ONU finalizaron este viernes la renovación de los principios de cooperación entre países del sur adoptados en el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) hace más de 40 años y lo hicieron con un llamamiento a la acción del sector privado.

Después de tres días de trabajo, los representantes de los casi 200 países invitados a la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur en Buenos Aires elaboraron un texto que además establece las reglas para la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

El secretario general de Cooperación Sur-Sur de la ONU, Achim Steiner, atendió a los medios hoy tras la clausura de la última jornada para abordar los detalles de la hoja de ruta que de cara al futuro marcará las relaciones de los países en las que consideró que los mercados privados jugarán un papel clave.

“Tenemos la visibilidad en el contexto mundial de como gobiernos de todo el mundo aumentan las relaciones con el sector privado y el sector financiero para invertir en objetivos de desarrollo. No es solo un problema de los gobiernos”, destacó.

Si bien la relación entre el sector público y privado en cuanto a financiación de los objetivos de desarrollo ya se ha venido dando, Steiner opina que esta se debe identificar a partir de ahora.

“Los gobiernos están buscando formas para movilizar inversión de los mercados financieros y del sector privado, pero lo necesitamos en una escala mayor”, valoró.

Esta financiación será necesaria para solucionar los retos que presenta el futuro de cara al desarrollo sostenible entre los que la ONU, a través de su Agenda 2030, identifica el cambio climático, la reducción de la pobreza, la descarbonización o la igualdad de género, uno de los temas que tuvieron mayor impacto durante la comparecencia pública de los miembros de la conferencia.

“La primera referencia de género reconoce como punto de partida que hay realidades diferentes para hombres y mujeres. Los derechos fundamentales de todo hombre o mujer deben ser los mismos, tal y como recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, valoró Steiner.

El responsable de Cooperación Sur-Sur de la ONU destacó y agradeció la buena sintonía vivida durante los tres días, aunque durante la última sesión plenaria se vivieron momentos de tensión cuando varias delegaciones, en nombre de los países del Grupo de Lima, presentaron una reclamación sobre la presencia de la delegación venezolana enviada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Su protesta fue escuchada pero no produjo efecto sobre la configuración de las delegaciones ya que el grupo venezolano cumplía con los requisitos de acreditación aprobados por la ONU.

“En nombre del grupo de Lima dijeron muy firmemente que la presencia en la sala de la delegación de Venezuela no supone reconocimiento del régimen de Maduro, pero estuvieron presentes porque se siguieron las reglas y procedimientos de Naciones Unidas y se les permitió la intervención”, manifestó el viceministro argentino de Exteriores, Gustavo Zlauvinen, en rueda de prensa.

Venezuela fue un tema recurrente durante toda la PABA + 40 ya que además se realizó un panel ayer para tratar la crisis migratoria que ha obligado a abandonar el país petrolero a más de 3,6 millones de personas en los últimos años.

Representantes del Gobierno de Ecuador anunciaron que durante la segunda semana de abril tendrá lugar la tercera reunión de Quito para abordar el “Plan estratégico” sobre migración en la zona que implementaron en las dos sesiones previas y que contempla medidas como el permiso de ingreso a venezolanos con pasaportes caducados.

Además representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) detallaron su plan de acción regional que contempla medidas como las mejoras comunicativas entre los países receptores de migrantes.

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