El destacado economista Santiago Niño Becerra ha compartido revelaciones sobre cómo el concepto de “salario emocional” ha moldeado las decisiones de los candidatos en procesos de selección, durante su participación en la Cadena Ser.
El término “salario emocional”, definido como una compensación no monetaria, anteriormente asociado principalmente a puestos directivos, ha experimentado una expansión significativa en su alcance y aplicabilidad.
Niño Becerra ha ilustrado esta evolución, recordando que en niveles ejecutivos se incorporaban beneficios no económicos cuando se llegaba a ciertos niveles. “Se introducían elementos no dinerarios como pueden ser más días de vacaciones o que la empresa les pagaba una estancia en el Caribe a él y a su esposa durante x días”.
El economista ha subrayado el valor que los jóvenes educados otorgan a este “salario emocional”. Elementos como disponer de instalaciones deportivas en el lugar de trabajo y, especialmente, tener la oportunidad de teletrabajar, son cada vez más apreciados.
En este contexto, Niño Becerra ha compartido una anécdota reveladora sobre una “multinacional muy multinacional” que impactó la percepción de los candidatos durante un proceso de selección de ingenieros.
“En una entrevista para ingenieros, lo primero que preguntaban era cuántos días de teletrabajo tendrían”, menciona. Sin embargo, la respuesta de la empresa, manifestando su preferencia por la presencialidad, causó la deserción instantánea de los candidatos: “La empresa decía: ‘Aquí preferimos la presencialidad’. Y los candidatos decían: ‘Muy bien, gracias. Adiós'”, explicó Niño Becerra.
El economista recalca que este “salario emocional” cobra relevancia una vez que el individuo alcanza un nivel de ingresos monetarios considerado “suficiente” para cubrir sus necesidades.