Representantes de varios países de la región reunidos en Quito en la III reunión técnica por la masiva migración venezolana, pidieron “acciones concretas” de financiación para afrontar la situación.
Esas acciones son indispensables para evitar que aumente la migración venezolana que, de seguir a un ritmo de 5.000 salidas por día, podría llegar a cinco millones a finales de año, según estimaciones de las Naciones Unidas.
Al término de la reunión, el viceministro ecuatoriano de Movilidad Humana, Santiago Chávez, remarcó que la capacidad de la región “es limitada y nuestras economías no dan más”.
El diplomático indicó que no están muy satisfechos con lo que hacen las entidades financieras e insistió en que la movilidad humana amerita asistencia económica.
En uno de los puntos de la declaración suscrita al término del encuentro, los países firmantes instaron a la comunidad internacional “bajo el principio de la corresponsabilidad a destinar y priorizar de la forma más inmediata fondos no reemnolsables para coadyuvar solidariamente a la atención que vienen brindando los Estados” que han acogido a los venezolanos migrantes.
Aunque no ofreció cifras sobre el dinero destinado, en una rueda de prensa, Chávez subrayó que el Estado ecuatoriano ha afrontado las olas migratorias con fondos públicos y mostró su esperanza de que las conversaciones con los países donantes avancen.
El representante especial conjunto de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Eduardo Stein, recordó que más de 3,5 millones de venezolanos han cruzado las fronteras de su país para llegar a 16 naciones de la región.
“Podemos contar otras 200.000 almas pero más o menos esa es la cifra”, agregó al anotar que unas 5.000 personas siguen saliendo cada día de Venezuela.
Y estimó que si no hay cambios en la situación venezolana, a finales de 2019 la cifra podría ascender a cinco millones de migrantes.
Consideró que la región debe prepararse para mantener un apoyo continuado a la migración que es “un peso para los presupuestos de la región”.
“América Latina no volverá a ser la misma después de esta crisis. Estamos ante un nuevo paradigma en las respuestas de los países de la región”, dijo en la rueda de prensa en la que remarcó que son respuestas que se deben dar “sin entrar en las cuestiones políticas que no nos corresponde”.
Stein subrayó que aunque la situación de Venezuela se resolviera, el retorno de los migrantes llevaría dos años o más.
La reunión que comenzó ayer en Quito, es la última en su tipo que se realiza en Ecuador, que acogió ya las del 3 y 4 de septiembre de 2018, que tuvo como resultado la Declaración de Quito sobre Movilidad Humana, y la de los días 22 y 23 de noviembre de ese mismo año, que derivó en el “Plan de Quito”.
Luis María Sobrón, delegado de Argentina, aseguró que en la cita de Buenos Aires, prevista para el 4 y 5 de julio, seguirán buscando soluciones, tal como se ha hecho en Quito.