Efectos de la actividad minera en Touro / Aldea Viva

La reconocida entidad gallega de estudio y defensa de la naturaleza valora como “equivocada” la utilización del lenguaje para “minimizar y ocultar” las verdaderas dimensiones del proyecto.

Así, a través de un comunicado la Sociedade Galega de Historia Natural tacha de falso que el proyecto sea una “reapertura” o “reactivación”, dado que, según la propuesta presentada, ocuparía un total de 689 hectáreas de las cuáles 492 son de nueva masa forestal y terreno agrario mientras que tan sólo 197 pertenecerían a la antigua explotación lo que sirve para ocultar, a juicio de la entidad, las verdaderas dimensiones del proyecto, dado que la mayoría de la superficie que ocuparía la nueva propuesta industrial es en la actualidad “la base productiva de muchas explotaciones ganaderas”.

MATIZACIONES A LA INFORMACIÓN VERTIDA POR LA EMPRESA

Por otra parte, la SGHN ha censurado que la promotora del Proyecto Touro emplee los medios de comunicación para “maquillar y minimizar” algunos de los aspectos más controvertidos de la propuesta, al afirmar la empresa que ni los minerales extraídos ni los productos empleados para la extracción continen “sustancias tóxicas ni peligrosas”, cuando la realidad es que en el proceso de recuperación del cobre, indica la SGHN, “se contempla el uso de diversos compuestos químicos con distinto grado de peligrosidad para las personas y el medio ambiente que quedarían indefinidamente almacenados en los denominados depósitos de estériles”.

BALSAS MINERAS

Finalmente, la SGHN también analiza las declaraciones en las que Cobre San Rafael asegura que en el Proyecto Touro no se construirá una balsa de almacenamiento de estériles sino “un depósito estanco” que trabajará “en circuito cerrado”, garantizando “al 100%” la ausencia de cualquier salida al exterior.

Al respecto, la SGHN indica que los depósitos de estériles suponen una hipoteca ambiental inasumible pues se trata de “balsas de lodos permanentes” situadas a 200 metros de las viviendas más próximas de la localidad de Arinteiro, y además en su composición incluyen enormes cantidades de material potencialmente generador de drenaje ácido de mina, por lo que en caso de falla del dique de contención proyectado, las consecuencias podrían ser muy graves tanto para las personas como para el medio ambiente.

PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN

Precisamente, en relación con la situación actual derivada de la antigua actividad minera en Touro y ante la problemática que podría originar la reapertura y amplíación de la explotación, la Asociación Aldea Viva apeló recientemente al denominado Principio de Precaución.

Este principio, que es un pilar fundamental de cualquier política industrial desarrollada a nivel continental, se menciona en el Artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y pretende garantizar un elevado nivel de protección del medio ambiente mediante tomas de decisión preventivas en caso de riesgo.

Así, el Principio de Cautela (como también se denomina), forma parte de un enfoque estructurado de análisis de riesgos y, en opinión de la propia Comisión Europea, “también es pertinente en términos de gestión de riesgo” en casos en los que “hay motivos razonables para creer que los efectos potencialmente peligrosos sobre el medio ambiente y la salud de las personas, los animales y las plantas no responden al alto nivel de protección establecido por la UE”, razón por la que, para Aldea Viva, el proyecto minero de Cobre San Rafael no compensa desde ningún punto de vista.

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