Los países de Unión Europea (UE) no lograron este jueves fijar el año 2050 como fecha límite para convertirse en una economía neutra en carbono, esto es, eliminar las emisiones de CO2 para cumplir con los compromisos del acuerdo de París, pese a que una mayoría de países abogaba por esta fecha.

Tras una larga discusión durante la cumbre de líderes europeos en Bruselas, el texto final acordado entre los Estados miembros evita citar directamente el año 2050 como fecha límite de ese compromiso, un plazo con el que se mostraban satisfechos 24 países, según varias delegaciones diplomáticas.

Polonia, la principal detractora de la medida, Hungría, República Checa y Estonia se han opuesto a incluir esta fecha en el texto final impidiendo así lograr la unanimidad necesaria, según varias fuentes europeas.

Finalmente, en las conclusiones de la cumbre, el texto legal que recoge los resultados de las discusiones, no figura la fecha de 2050 y, en su lugar, se hace mención a una transición “en línea con el Acuerdo de París”.

No obstante, una aclaración al pie de página señala que “para una amplia mayoría de Estados miembros, la neutralidad climática debe alcanzarse para el año 2020”.

En el texto aprobado, los Estados miembros piden a la Comisión y al Consejo “avanzar los trabajos sobre las condiciones, los incentivos y el marco facilitador a aplicar para determinar cómo garantizar una transición a una UE climáticamente neutral en línea con el acuerdo de París que preserve la competitividad europea, que sea justa y socialmente equilibrada”.

El texto final señala que esta transición debe tener en cuenta “las circunstancias nacionales de los Estados miembros” y “respetar su derecho a decidir su propio mix energético”, con varios países del Este de Europa, como Polonia, aún fuertemente dependientes del carbón para satisfacer sus necesidades energéticas.

Fuentes del Elíseo señalaron que Polonia y varios países de Europa Central mantenían la idea de que, para ellos, la transición no es tan fácil como para los países avanzados.

Los Estados miembros “enfatizan la importancia de la cumbre de Naciones Unidas para el Clima en septiembre para incrementar la acción climática para lograr el objetivo del Acuerdo de París, incluyendo esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales”.

Fuentes del Gobierno español, por su parte, lamentaron que no se haya llegado a un consenso a Veintiocho para poder acudir a la cumbre de Naciones Unidas de septiembre con una posición común a nivel europeo.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace y Climate Action Network expresaron su decepción ante la incapacidad de los países de fijar esta fecha límite, y criticaron que “la UE se ha asestado a sí misma un golpe devastador en términos de su liderazgo climático”.

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