La meningitis invasiva (EMI) es una enfermedad grave causada por la bacteria Neisseria meningitidis también conocida como meningococo. La enfermedad provoca la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. La meningitis de origen bacteriano, la más peligrosa, puede resultar mortal.
La Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Salud considera que para que la introducción de la vacuna contra la meningitis B, Bexsero, en el calendario general y que fuese financiada por el estado, cada dosis debería costar una media de 3,5 euros (entre 5,6 y 1,62, según umbrales). La farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) vende cada dosis con un precio 30 veces superior: por encima de los 100 euros.
Médicos infantiles han aconsejado a las familias la compra del suero, ya es el único disponible para menores de 10 años. El año pasado, la vacuna solo se pudo administrar de manera particular, es decir, por decisión y abono de las familias, sin ayuda ni subvención de ningún tipo.
Bexsero se ha convertido en un producto estrella de GSK, facturando 675 millones de euros el año pasado, 359 de ellos en Europa. La farmacéutica organiza seminarios específicos sobre Bexsero para presionar en la compra del producto y forzar al sistema sanitario español su adquisición.
Los técnicos del grupo de trabajo estiman que “asumiendo una efectividad de la vacuna del 100%”, y teniendo en cuenta, según indicaban, la corta duración de la inmunidad, la reacción adversa del suero en los niños cuando se administra junto a otras vacunas del calendario y que no aporta inmunidad a la población no vacunada (el efecto rebaño), para introducir la vacuna Bexsereo en el calendario español “sería necesario un precio muy bajo por dosis para que resultara eficiente”.
Sin embargo, tras la decisión de la Comisión de Salud que seguía las pautas del equipo técnico, la Asociación Española de Pediatría se mostró muy crítica con esta postura a la que atribuyó “razones no fundamentadas”. Y añadieron que “dos de cada tres familias están adquiriéndola”.
“Como pediatras defendemos que cualquier lactante tenga acceso a esta vacuna independientemente de su renta familiar”, afirmó la AEP el 18 de marzo en un documento que desgranó una batería de contra-argumentos para rebatir la no inclusión.
Este caso es uno más de los muchos en los que una farmacéutica pone por encima de la salud pública los intereses privados. GlaxoSmithKline debe obtener beneficios con su producto único, pero lo que intenta es lucrarse exorbitadamente a costa de una enfermedad y lo hace quitando dinero a familias, y eso es algo que no puede permitirse.