
La Plataforma Sí a la Tierra Viva ha anunciado que mantendrá una ronda de contactos en el Congreso de los Diputados con el objetivo de llevar sus preocupaciones y propuestas al Parlamento, sensibilizar sobre sus múltiples perjuicios e impulsar medidas que protejan a las zonas afectadas por esta actividad extractiva considerada de alto impacto.
El colectivo apuesta por la creación de mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones sobre proyectos mineros y la promoción de alternativas sostenibles al extractivismo, que ha levantado a comunidades de todo el país en zonas como Canarias, Galicia y Castilla-La Mancha.
En el caso de Galicia, miles de personas se unieron hace más de diez años en la zona de Vigo reivindicando el valor natural, cultural, patrimonial e histórico de la Serra do Galiñeiro y en defensa de uno de los parajes periurbanos de mayor renombre del norte de la península. En Canarias, la población de Fuerteventura y sus instituciones han defendido la isla remarcando que la minería de tierras raras, teniendo en cuenta todo su ciclo operativo, está considerada a día de hoy como “una de las actividades más contaminantes del planeta“. Y en Castilla-La Mancha (Ciudad Real) se ha demostrado que el rechazo contra esta actividad especulativa y los proyectos de la mercantil Quantum Minería, recientamente denunciada por la Guardia Civil por buscar tierras sin licencia, es mayoritario a nivel social porque podría perjudicar seriamente a las actividades económicas tradicionales y una producción agroalimentaria que el caso de la provincia ciudadrealeña cuenta con un amplio reconocimiento a nivel nacional e internacional.

En fechas recientes el presidente de Canarias ha dejado claro que no se realizarán investigaciones de tierras raras en el archipiélago y que “diversificar la economía no es establecer una cantera de tierras raras” atendiendo al masivo rechazo social e institucional. En Galicia, hace más de una década miles de personas se echaron a la calle ante un proyecto claramente deficitario que al final se vino abajo y en Castilla-La Mancha el mayoritario rechazo de la sociedad ha cristalizado en una conciencia colectiva de defensa del territorio que mira hacia el futuro y la protección de las generaciones que vendrán.
La plataforma considera que la acción política es crucial para llevar la voz de la sociedad civil a los parlamentos y es un paso fundamental para construir un futuro más justo y sostenible frente a una actividad extractiva que los especuladores pretenden imponer por la fuerza a las comunidades olvidando que las tierras raras suelen estar presentes en bajas concentraciones y combinadas entre sí, lo que significa que su procesado es muy costoso y requiere grandes cantidades de recursos hídricos, generando residuos de alta toxicidad que incluyen componentes radioactivos.