En Latinoamérica, los juegos de azar son una tradición muy arraigada, y cada país tiene sus preferidos. Desde el Jogo do Bicho, una especie de lotería de animales que se juega en Brasil hace más de 120 años que juegan millones de personas pero que está prohibido, hasta la Quiniela en Argentina, pasando por los bingos y las loterías en diferentes formas, todos son parte de la diversión para personas de distintas clases sociales. Cada país tiene sus propias regulaciones, y de hecho, en países como Argentina, las leyes del juego cambian según la provincia.
El juego online se hace fuerte
Naturalmente, los juegos de casino online (por ejemplo, las slots casino777) y las plataformas de apuestas deportivas en línea comenzaron a ganar un lugar cada vez más importante entre los apostadores. Sin embargo, a pesar de que fueron captando la atención de millones de jugadores latinoamericanos, los operadores tuvieron que esperar un tiempo para que los gobiernos, que estuvieron de acuerdo con aprobarlos en sus territorios, adaptaran o generaran nuevas leyes que pudieran enmarcar legalmente los juegos de azar en línea.
De la misma manera que en algunos países están tratando de crear las leyes apropiadas para el juego online o directamente no está legislado, en otros está prohibido, como es el caso de Chile.
En América Latina existe una asociación que nuclea las iniciativas en el mundo de los juegos de azar en cada uno de los países que componen esta zona del continente. Se llama ALAJA, Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar, que promueve el juego responsable, impulsa proyectos para prevenir el lavado de dinero y trata de eliminar cualquier intento de juego clandestino.
Asimismo, los operadores provenientes especialmente de Asia y Europa, ven en Latinoamérica una región comercial muy prometedora (podría generar aproximadamente 150 mil millones de dólares al año por el juego), una vez que la mayoría de los países desarrolle e implementen las leyes necesarias para que puedan operar con tranquilidad y ofrecer los mejores productos a cada país en un entorno legal seguro para ellos, el país y los jugadores.
El segmento más grande de juegos de azar se encuentra en Colombia, México, Brasil y Argentina. Es importante destacar el excelente trabajo de las autoridades colombianas que lograron crear un marco legal, basado en el modelo italiano, británico y español, con las adaptaciones necesarias para encajar en el país y su historia con el juego de azar. Este buen trabajo ha tenido como resultado una mejor recaudación de impuestos que pagan los 18 operadores.
Colombia es una referencia internacional por su diversificación y regulaciones. Las autoridades de Coljuegos, organismo que regula y controla el sector, trabajan de manera constante para hacer crecer el sector, lo que también mejora la generación de empleos y el crecimiento económico.
Conclusión
La industria del juego tiene un futuro cercano promisorio en Latinoamérica si todos los países, o al menos la mayoría, se alinean con regulaciones modernas e innovadoras para la protección de los jugadores, el juego legal y los operadores.