Este jueves 24 de diciembre, infoLibre publica un artículo titulado: “¿Trabajar cuatro días a la semana? La Ley de 35 horas en Francia permitió crear 350.000 empleos inmediatos pero afecta poco al sector privado”, en el que recoge que veinte años después de la aplicación de la ‘Ley Aubry’, los franceses son partidarios mayoritariamente de no trabajar más horas.
Este 2020 se ha celebrado el 20 aniversario de la Ley Aubry, más conocida como la Reforma de las 35 horas en Francia, promulgada por la ex ministra de Empleo, ex líder del Partido Socialista y actual alcaldesa de Lille, Martine Aubry.
El 52% de los ciudadanos franceses están a favor de la Ley de 35 horas
La Ley Aubry se aprobó en dos fases: la primera en 1998, que era una disposición voluntaria para que las empresas redujeran la jornada laboral hasta 35 horas rebajando las cotizaciones sociales para aquellas empresas que así lo hicieran antes de enero de 2000.
Y en la segunda, llegaba el momento definitivo de las 35 horas para las empresas públicas y privadas excepto las pymes con menos de 20 trabajadores, que tenían hasta enero de 2002 para realizar la rebaja. Si los trabajadores sobrepasaban el umbral, las empresas debían pagar una prima del 25% por hora trabajada hasta las ocho horas; a partir de ahí, la prima subía al 50%.
Según el periodista Rafael Poch, en Francia, el mérito no recae ni en Matignon ni en la Ley Aubry sino sobre los meses posteriores a Mayo del 68, cuando se produjo un “incremento del 30% del salario mínimo, un aumento salarial general del 10%, acuerdo interprofesional sobre la seguridad en el empleo, sobre formación profesional, cuatro semanas de vacaciones pagadas, subvenciones de maternidad, límites a la duración máxima del trabajo, prejubilaciones con el 70% del salario, derecho de los emigrantes a participar en las elecciones profesionales, prohibición del trabajo clandestino, refuerzo del subsidio de paro, derecho a la actividad sindical en la empresa….”.
Un estudio del Instituto Nacional de la Estadística y los Estudios Económicos (Insee) de 2005 señaló que se alcanzó un “rápido crecimiento económico y de empleo de hasta 350.000 nuevos puestos de trabajo entre 1998 y 2003, sin que ello represente grandes desequilibrios financieros para las empresas”.
En ese mismo estudio del Insee se corroboraba que la reducción del tiempo de trabajo no afectó por igual a los trabajadores del sector privado. “A finales de 2003, solo 10 millones de personas, el 60% de los trabajadores, pasaron a las 35 horas. Para los asalariados de empresas pequeñas de menos de 10 empleados, este porcentaje cae al 25%”.
El economista neo-keynesiano Eric Heyer resalta que lo que queda de la Ley Aubry es que a partir de 35 horas cualquier francés hace horas extra.

En España, la semana laboral de 4 días se asoma en el Congreso
El diputado de Más País, Íñigo Errejón, ha propuesto una jornada laboral semanal de 4 días o 32 horas. Según Errejón, esta medida es necesaria porque «no es libre quién no tiene tiempo» y recordaba que sólo quien dispone de tiempo puede pensar. «La vida no puede ser sólo ir de casa al trabajo y del trabajo a casa», añadía.
Por su parte, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha asegurado que el Ministerio de Trabajo “está estudiando” la propuesta que, a su juicio “podría favorecer sin duda la creación de empleo”.
La semana laboral de cuatro días ya se ha implementado en formas españolas como softwareDELSOL y fuera del territorio en grandes multinacionales como Unilever.