Gracias al tuitero @DNMRULES ha sido posible llegar a una lista que lleva veinte años recopilando los libros que más intentan ser eliminados o restringidos al público, típicamente en las bibliotecas o en los planes de estudios escolares. La lista la organiza la Asociación Estadounidense de Bibliotecas y se basa en las notificaciones de bibliotecarios y maestros, que avisan cuando ven que el acceso a un libro empieza a verse amenazado.
El tuitero escribía en su perfil de Twitter el pasado mes de abril: “Seguro que habéis oído mucho la cantinela de que hay gente a la que se ‘censura’ o se ‘cancela’ por sus visiones políticas, pero… ¿es esto cierto? ¿qué dicen los números? ¿Qué dice la lista de los libros más censurados en Estados Unidos en 2020?”.
“Todos los años la Asociación de Bibliotecarios Estadounidenses publica una lista de los libros más censurados (y contra los que más se ha pedido su retirada) y esta es la gráfica de datitos de 2020”.
En la gráfica se puede ver que “las razones para censurar los libros más habituales son que traten temas: LGBTQIA+, anti racistas, anti policía, que tengan un punto de vista político y los libros que hablen de sexo, religión o usan palabrotas”, indicaba DNMRULES.
“Así a primera vista parece que todo coincide con lo que nos vende la gente que dice que les cancelan por estar ‘en contra de la diversidad’ o ‘de las políticas de género’ o cosas así, ¿no? Aunque es raro que una de las palabras destacadas sea ‘extremadamente liberal'”, añade.
“El Diego ese“ que es como se hace llamar el tuitero señala que “los temas coinciden con los que nos venden como polémicos, sí, pero… ¿y los enfoques? Casi mejor vamos a ver el detalle, ¿no? ¿Qué libros han sido los diez más prohibidos? Pues estos:
Tal y como indica, “el primero: George, trata sobre el bullying y la discriminación que vive una niña trans en su escuela. Las quejas vinieron de padres religiosos que no querían que sus hijos leyeran esto”.
“El segundo, Stamped, cuenta la historia del racismo en América a través de cinco figuras históricas, una versión juvenil de un libro anterior del mismo autor. Los padres de Nueva Jersey empezaron una campaña de acoso contra la profesora que pidió a sus alumnos que lo leyeran”. DNMRULES se preguntaba: ¿Qué era tan ofensivo como para pedir que se “cancelase” el libro? La respuesta es que el autor admitió públicamente que solo hablaba del racismo contra las personas negras (y no blancas).
“All American Boys, en el puesto 3, habla de la violencia policial contra adolescentes negros. Los mismos padres que habían pedido la retirada del anterior pidieron la retirada de este porque “dicen palabrotas, usan drogas y beben alcohol” y también porque “es un tema candente”.
“Speak, puesto 4. La historia de una adolescente violada en una fiesta de instituto. Se censuró porque la historia era sesgada y estaba sesgada contra los hombres”.
“En el quinto puesto nos encontramos con el primer libro censurado no por su contenido si no por el comportamiento de su autor. Sherman Alexie. Que fue acusado por 20 mujeres de acoso sexual”. “Que supongo que habrá quien estará pensando que “acusado no significa condenado” y que eso no es razón para prohibir el libro. Yo solo digo que el propio autor lo admitió y pidió perdón públicamente”, explica el tuitero.
“Puesto 6, un libro que intenta explicar a los niños blancos y negros por qué la sociedad les trata distinto. Incluyendo una guía didáctica para hablar de racismo con tus hijos. Cancelado por ‘lenguaje polémico’. Y por decir que los policías disparan a personas negras”.
“En los puestos 7 y 8 dos viejos conocidos de esta lista, que están también entre los más censurados del siglo junto con Huckleberry Finn. Matar a un Ruiseñor y De ratones y hombres. Sobre estos en google tenéis décadas de información sobre sus tribulaciones”.
“¿Y los dos últimos? Pues no os sorprenderá que tratan sobre temas raciales y que uno fue censurado por relatar abusos sexuales y el otro por mensaje “anti policía”.
DNMRULES explica que esto es lo que se considera políticamente incorrecto. Hablar de raza, hablar de personas LGBTQ, hablar de abusos sexuales a mujeres y hablar de la injusticia social y la desigualdad sistémica.
Según los datos estadísticos reales existe una corriente de censura y cancelación, que lleva existiendo muchas décadas y que quiere adoctrinar a las nuevas generaciones para prohibirles leer sobre estos temas temas.
“Así que la próxima vez que alguien os diga que ‘le censuran’ o ‘le cancelan’ por ser ‘políticamente incorrecto’ pues le recordáis lo que dicen los datos”, señala “El Diego ese”.
“El único caso en toda la lista que responde al clásico ‘han cancelado a ese autor porque no sé qué’ se trata de un autor que escribe libro infantil/juvenil que ha admitido abusos sexuales a más de 20 mujeres. Que no me parece mala razón para intentar que tus hijos no lo lean”, aclara.
Durante 2020 se reportaron 156 intentos de censura (exitosos o no). El 73% de ellos se refieren a libros o cómics, frente al 14% de charlas escolares y un 1% de intentos de censura de películas.
En ese año se intensificó la conversación racial en las escuelas tras la difusión mediática de muerte de personas negras a manos de agentes policiales lo que provocó unas intensas protestas bajo el lema “Black Lives Matter”. Eso explicaría por qué tantos libros de 2020 hablaban sobre racismo y violencia policial.
Pero en años anteriores casi todo lo que se intentaba censurar eran libros de temática LGTBI. En 2019, tal y como recoge Magnet, ocho de los diez de la lista trataban de esa temática (los otros dos fueron El cuento de la Criada -vulgaridad y sexualidad- y la saga de Harry Potter -magia y superchería-) y en 2018, seis de diez de la lista fue por contenido LGTBI, y el resto varió entre mensajes antipoliciales, contenido sexual y vulgar y hubo el caso de un libro que promovía estereotipos racistas contra los mexicanos.
En España, una magistrada sustituta del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de Castellón había suspendido la entrega de libros de temática LGTBI en 11 institutos de la ciudad, al sostener que el contenido de esas publicaciones tiene “fundamento legal directo en la ley de la Generalitat de reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género”. La decisión fue revocada después por un magistrado superior.
También, en 2019, 28.000 centros educativos públicos y concertados de las diferentes autonomías eran los destinatarios de la última campaña del colectivo de ultraderecha Hazte Oír, que ha hecho un envío masivo de un kit titulado “Mis hijos, mi decisión”, en el que alerta a las familias de un supuesto “adoctrinamiento de género”, por el que los escolares estarían recibiendo instrucciones sobre “conductas lésbicas”, “aborto” o qué hacer en el día del Orgullo Gay.
La campaña llegaba después de que Murcia se convirtiera en la primera autonomía en activar el llamado pin parental promovido por Vox y que obliga a los centros educativos a informar a las familias de todas las actividades complementarias organizadas dentro del horario lectivo, y el derecho de los progenitores a dar su consentimiento o no a cada uno de esos talleres. Es decir, se centra sobre todo, en permitir a los padres que eviten que sus hijos se informe en “feminismo, sexualidad o LGTBI”.
Luego, según la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), “en España hay un fenómeno concreto de grupos conservadores e intolerantes que tienen una cierta tendencia a judicializar temas de libertad de expresión que de otro modo pasarían inadvertidos y que en algunos casos tienen que ver con temas religiosos”, promoviendo el llamado “chilling effect” o efecto disuasorio por el que se empuja a los ciudadanos y artistas a autocensurarse para no vérselas en los tribunales, tal y como informa Magnet.
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