Cuando está a punto de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania el movimiento internacional por la paz, formado por partidos, organizaciones y colectivos de la izquierda en todo el mundo, ha emitido una declaración.

Líderes internacionales de la izquierda como la Secretaria General de Podemos y Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra; el Presidente de Colombia, Gustavo Petro; el Presidente de Argentina, Alberto Fernández; el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon; el ex líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn; y la diputada del Bloco de Esquerdas portugués, Catarina Martins, son algunos de los que han firmado la Declaración por la Paz en Ucrania.

El documento, al que ha tenido acceso Público, señala que el conflicto en Ucrania ha agravado crisis globales como la emergencia climática, la inflación, la pobreza y la desigualdad. Además, afirma que «la guerra está reforzando la política de bloques y fomentando el rearme y la militarización con el aumento del gasto militar de los Estados y los ingentes beneficios de la industria armamentística».

Líderes internacionales de la izquierda hacen presión para que los gobiernos colaboren por la paz en Ucrania
Líderes internacionales de la izquierda hacen presión para que los gobiernos colaboren por la paz en Ucrania

El texto también señala que el conflicto ha permitido a Estados Unidos revivir la antigua función de la OTAN, fortalecer el apoyo europeo en su competencia con China e impulsar sus exportaciones de gas y petróleo obtenidos a través de técnicas insostenibles como el fracking.

Para detener el conflicto de inmediato, los signatarios piden redoblar los esfuerzos diplomáticos para «establecer un alto el fuego y una negociación para una solución pacífica y duradera». También piden «una respuesta conjunta de ayuda humanitaria y reconstrucción justa de Ucrania, que no profundice las relaciones de dependencia y la política de bloques».

Además, expresan su apoyo a «iniciativas independientes de búsqueda de justicia y rendición de cuentas frente a todos los crímenes de guerra cometidos en la guerra de Ucrania».

Para abordar la crisis climática y energética agravada por la guerra, se propone acelerar la transición verde e impulsar políticas globales que redistribuyan la riqueza y los recursos.

Esto se debería acompañar, según el texto, de un refuerzo de «los mecanismos de diálogo y resolución pacífica de los conflictos, las políticas de construcción de paz, y trabajar por un modelo de convivencia pacífica que incentive el desarme, la desmilitarización y la prohibición de armas nucleares».

La declaración finaliza indicando que: «Los movimientos populares contra la guerra siempre han señalado el camino hacia un mundo en el que los intereses de las grandes potencias y de los poderosos no se impongan sobre la paz. Las guerras siempre las pagan los pueblos, nunca los que las ordenan, que jamás verán cómo sus hijos o hijas pierden la vida en el campo de batalla. Hoy, las y los líderes y fuerzas progresistas firmantes hacemos un nuevo llamado internacional a la paz que ponga en valor y acompañe esas luchas».

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