Lo contrario al Feminismo es la ignorancia

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Santiago Cubero Lastra
Responsable Federal de Comunicación de la Federación Estatal de Construcción y Servicios de CCOO


No cabe ninguna duda de que la irrupción de la oleada feminista más reivindicativa y activa de la historia moderna ha sacudido de pleno la esfera política, social, sindical y económica no solo de nuestro país, sino del mundo en entero, abriendo debates hasta ahora soterrados o diluidos, sin foco de atención primaria, que en este momento, con nuestro país en plena carrera hacia las urnas, han eclosionado de forma virulenta poniendo sobre la mesa el ancestral enfrentamiento machismo vs feminismo en su versión más perversa, hombres vs feministas.

En el malévolo juego de acusaciones, descalificaciones, mentiras y bulos que inundan las redes sociales y a las que los medios dan una cobertura exacerbada, habida cuenta de la indefinida audiencia que ello reporta, se ha introducido como elemento de la disputa política entre izquierda y derecha, el establecer al feminismo como una guerra de mujeres contra hombres basándose, como es lógico, en lo que aquellos que lo plantean tienen arraigado en sus creencias,  que es más ni menos la supremacía de un género sobre el otro.

Y en ello entra en juego el terror ancestral que tienen a enfrentar, de manera abierta y sin cortapisas la evidencia que muchos tenemos, que las diferencias de derechos, roles y trato entre hombres y mujeres han de eliminarse de manera definitiva, con lo que ello rompe sus ventajas heteropatriarcales ganadas a lo largo de la historia con las que se eliminaba la posibilidad de que una mujer pudiera no ser ya igual, sino superior a un hombre, en cualquier aspecto y que les ha conferido ventajas vitales para su hegemonía.

Esta tesitura quiere situar al hombre común, sin entrar en disquisiciones ideológicas de izquierdas, centro o derechas,  en un espacio indeterminado, intentando obligarnos a definir un bando, en el que si propugnas la igualdad entre personas, tomando el feminismo como la opción defendible, valida y de progreso, pareces un esquirol a tu género, pasando a ser por algunos especímenes “hombre de segunda categoría”, mientras que para algunos sectores feministas sigues siendo un enemigo a batir por el mero hecho de tener un cromosoma diferente.

Por suerte la realidad es mucho más compleja y menos abyecta, y si bien es cierto que esto puede pasar y pasa, negarlo sería mentir, también es cierto que hay y cada vez más hombres que creen en el feminismo como lo que es, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

El estudio publicado por la revista contexto en el 8 de noviembre de 2018 de cara a la I Jornadas Internacionales Feministas en Zaragoza, arrojaba, entre otros datos reveladores, un 58% de las mujeres y un 46% de los hombres se declaran feminista *

Ateniéndonos a las cifras está claro que esta pretendida guerra o dicotomía de la sociedad que nos quieren presentar, tan solo está en la mente de algunos que sustentan en el miedo su baza a arañar algunos votos de esa masa masculina intranquila por perder la supremacía machista que les ha hecho sentir cómodos y protegidos a lo largo de su vida ante el paulatino avance de la mujer, imbuida en su educación desde la infancia y que no ha evolucionado con los años.

El caladero donde quieren recoger sus votos se entiende muy bien después de revisar el informe publicado en agosto de 2018, elaborado por la Asociación Estadounidense de Psicología, titulado “Pautas para la práctica psicológica con niños y hombres” ** donde, entre muchos comportamientos sometidos a estudio, con conclusiones muy reveladoras, se explica que la masculinidad malentendida tiene lazos indisolubles con la homofobia y misoginia, llevando a quienes se han sido criados en estos entornos de masculinidad tóxica al rechazo automático de todo aquello y aquellxs que pongan en duda o quiebren los principios fundadores de su dogma.

Una de sus conclusiones más reveladoras es que “Aunque los hombres se benefician del patriarcado, también son afectados por el patriarcado”, es decir, o estas con ellos o estas contra ellos dado que, cuando algunos “renunciamos a los privilegios” que históricamente se tienen por ser hombre y actuamos como  muchos entendemos que se debe, viviendo y relacionándonos en igualdad, asumiendo nuestra responsabilidad en todos los ámbitos, estas resquebrajando los “principios rectores del sistema”.

Es indiscutible a día de hoy que hay hombres que no pierden su razón de serlo cuando afirman, sin ambages, no solo que hay una insultante diferencia de derechos entre mujeres y hombres, sino que es una obligación inaplazable luchar para que estos se igualen y con ello las oportunidades en el mundo del trabajo, la vida doméstica y la sociedad.

Lo que de verdad es contrario al feminismo es la ignorancia y la ignorancia se combate aprendiendo

Defender los derechos de las personas que no son tratadas en igualdad ha sido y es la filosofía de vida de quienes hemos sido sindicalistas en nuestros centros de trabajo, de quienes hemos sido repudiados, amenazados e insultados por dar la cara por quien no podían darla, sin diferencias, por ello, para muchos esta pretendida guerra quizás sí que te grajee enemigos, pero no por las razones que los ávidos carroñeros del voto populista buscan, sino por enfrentarse a quienes te consideres traidor, “feministo”, “plancha bragas”, o lo que ellos quieran llamarte, al pelear por los derechos robados a la largo de la historia a las mujeres y sentirte como una más en su revolución diaria, ya que sentimos que no están exigiendo que se les dé nada más que lo que se han ganado con su esfuerzo, su sacrificio y el de todas aquellas que las antecedieron.

Lo importante no está en conseguir más o menos votos, más o menos escaños, sino en presentar medidas que luchen con contundencia contra la brecha salarial, que acaben con la violencia contra las mujeres, que construyan una sociedad de futuro donde la génesis de la organización social sea gestada entre mujeres y hombres por igual, donde se superemos el lastre patriarcal ético-religioso que ha condicionado la historia, que nos lleven a un futuro donde sean tus méritos, tu esfuerzo y tu empeño los que labren tu futuro y no tu género

Y los que no lo acepten, o no se hayan dado cuenta, es que tienen un problema, porque más temprano que tarde va a pasar y va a pasar por encima de quienes se opongan a ello.

Cada vez más hombres que creen en el feminismo como lo que es, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Aunque muchxs no lo asuman, unos porque no creen en ello, o quieren ganar representatividad, otros porque se niegan a ver la cruda realidad fuera de sus barras de bar, tertulias de amigos o el imperio del salón de sus casas, o que no puedan entenderlo ya que creen que son mejores por haber nacido diferentes, han de asumir que nosotras y nosotros, todxs juntxs vamos a seguir avanzando porque es el momento, porque vienen a exigir lo que les pertenece y ya no hay vuelta atrás, no nos va a parar nadie.

No pretendan contraponer a las feministas contra los hombres, eso no es así por muy alto que lo repitan ni por muchas veces que lo escupan, lo que de verdad es contrario al feminismo es la ignorancia y la ignorancia se combate aprendiendo, así y solo así podremos construir un futuro en igualdad, únete o apártate.

 

** https://www.apa.org/about/policy/boys-men-practice-guidelines.pdf

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