La reciente designación de Lilia Lemoine como secretaria 1ª de la Comisión de Ciencia, tecnología e innovación productiva de la Cámara Baja ha suscitado una profunda preocupación entre la comunidad científica y la sociedad civil. Su elección, que ha sorprendido a gran parte del público informado, ha provocado consternación debido a las opiniones que ha expresado Lemoine en diversos momentos, como su abierta adhesión a teorías conspirativas sobre la pandemia de COVID-19, su escepticismo acerca de la llegada del hombre a la Luna y su firme creencia en el terraplanismo.

UN RETO A LA CIENCIA DESDE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Como figura influyente de La Libertad Avanza, Lemoine ha sido conocida por su trabajo anterior como maquilladora y cosplayer de Javier Milei. Sin embargo, lo que resulta preocupante es su histórica oposición a los postulados científicos. En plena pandemia, sugirió un método absurdo de testeo al proponer que una persona sana debería «chupar la mesa» donde previamente había tosido un enfermo de COVID-19 para comprobar si el virus era realmente contagioso. Esta propuesta no solo ignoraba los protocolos de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las y los científicos del CONICET, sino que también trivializaba una crisis sanitaria mundial.

Además, Lemoine se adhirió a teorías conspirativas que cuestionan la veracidad de la llegada del hombre a la Luna, tildando de «turbio» el hecho de que no haya habido misiones tripuladas desde 1972. Además, afirmó erróneamente que la NASA había perdido la tecnología necesaria para regresar a la superficie lunar, un hecho desmentido repetidamente por la comunidad científica.

TERRAPLANISMO: UN DISPARATE QUE DESAFÍA LA REALIDAD

Lo más desconcertante es su firme creencia en el terraplanismo, una teoría que desafía las observaciones científicas establecidas desde hace siglos. Asegura que no existen vuelos comerciales que crucen el Océano Pacífico y que la Tierra es plana, bordeada por una misteriosa pared de hielo. Según ella, la creencia en un planeta esférico es parte de una conspiración mundial para evitar que la gente sepa «la verdad sobre quién construyó esa pared».

En su bizarra interpretación de la alegoría de la caverna de Platón, Lemoine afirma que las y los gobiernos buscan mantener a la población en la oscuridad, generando una angustia tan intensa que las personas no podrían vivir sabiendo que han sido engañadas. A su juicio, aceptar que la Tierra es esférica sería un error científico «tan fundamental» que destruiría la credibilidad de toda la Ciencia.

EL FUTURO DE LA CIENCIA EN JAQUE

La influencia de Lemoine en una comisión que debería fomentar el avance de la ciencia y la tecnología representa una amenaza para el progreso intelectual. La propagación de ideas conspirativas y anticientíficas desde una posición parlamentaria socava la confianza en el conocimiento científico y perjudica los esfuerzos para combatir la desinformación. Es crucial que las y los representantes en el Congreso aboguen por políticas basadas en hechos, para que puedan generar cambios positivos en la sociedad.

Además, su postura y su ascenso subrayan la necesidad urgente de mejorar la educación científica para que la ciudadanía pueda identificar y rechazar este tipo de desinformación. El escepticismo hacia la Ciencia, alimentado por figuras públicas que rechazan evidencias probadas, puede tener consecuencias devastadoras, especialmente cuando enfrentamos desafíos críticos como el cambio climático, las pandemias y el desarrollo sostenible.

En última instancia, el nombramiento de Lemoine como autoridad en la Comisión de Ciencia de Diputados exige un cuestionamiento riguroso. El avance de la Ciencia y la tecnología debe estar respaldado por líderes que valoren la evidencia y no por quienes prefieren propagar teorías infundadas que retrasan el progreso y siembran desconfianza.

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