El empresario Ignacio López del Hierro, marido de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, señaló ante el magistrado que instruye la investigación sobre la operación ‘Kitchen’ que en junio de 2009 procura una primera cita del comisario José Manuel Villarejo con su mujer porque ella sospechaba que “estaban espiando al PP desde un piso de la calle Zurbano” y porque sospechaba que “había filtraciones sobre Rita Barberá”, exdirigente del PP valenciano ya fallecida.
En los audios de su comparecencia ante el juez Manuel García-Castellón, a los que ha tenido acceso Europa Press, el empresario explica que la cita con su mujer se produce “a petición del señor Villarejo”, quien le pide verla porque “tenía cosas interesantes que decirle”. “Lo comento con mi mujer y me dice que sí, que habla con Villarejo porque había informaciones que ella quería aclarar”, recordó a preguntas del juez en un interrogatorio en el que respondió también a preguntas de Fiscalía, de su defensa y de la defensa de su mujer.
Según explicó, Villarejo –con el que retoma la relación en los 2000 después de conocerle en los 90– cuando le solicitó esa primera reunión con la dirigente popular le transmitió que tenía información de gente del PP que convenía que ella supiera. No obstante, la relación “personal” entre ambos hasta llegar a esa reunión con la dirigente se fue fraguando poco a poco, y se “intensifica” porque hubo una serie de ataques en prensa contra él.
“Al principio nos vemos, tomamos un café, me cuenta cosas de actualidad, como dos personas que se llevan bien. Y esa relación se intensifica posteriormente porque yo me caso con la secretaria general del PP y hay una serie de ataques tremendos contra mi en la prensa”, indicó.
Dado que con anterioridad el comisario, al que siempre creyó en excedencia, le había comentado que tenía buena relación con la prensa y con periodistas, él decide exponerle sus problemas porque no sabe defenderse de los ataques. “No sabía qué hacer, los abogados me decían que no me metiera en demandas, y me ayudó presentándome a algunos periodistas, o hablando bien de mi con alguno de ellos”, dijo.
NORMA DE CORTESÍA
No obstante, López del Hierro –que tuvo serias complicaciones para seguir las preguntas del fiscal por una sordera, no así las del juez y las de las partes– aclaró reiteradamente que estas consultas eran a nivel personal, por lo que no abonó al comisario ninguna cantidad por ello. Además, insistió en que “el 99 por ciento de las conversaciones” que mantenían ambos eran sobre asuntos que habían salido en prensa o que salían al día siguiente por lo que “no tenía sensación de que desvelara ningún secreto ni nada”.
Ante el fiscal, incidió en que “nunca” ha oído que se le haya encargado nada desde el partido, y avisó de que él no era ni militante, por lo que no tuvo “la mas mínima capacidad de encargar nada”. “En la primera conversación de Villarejo con mi mujer, al despedirnos me pareció una norma de cortesía que alguien que había expuesto en esa reunión su empresa, por cortesía le dije oye alguna vez se te encargará, pero sabiendo que yo no tenía capacidad de contratar, y que me conste nunca ella ha contratado nada”, indicó.
Al hilo, tras negar que tuviera conocimiento de posteriores reuniones del comisario con su mujer tras esa primera de junio de 2009, explicó que se decidió que entrara el comisario por el garaje de la sede de Génova con el objetivo de que no quedara registro de su entrada.
“Es normal cuando no quieres que se vea. Se introdujo por el garaje para que no fuera registrado en registro de entrada. Cuando estaba en oposición mi mujer, los empresarios, el 90 por ciento entraban así, no querían que el Gobierno supiera”, recordó, para luego apuntar que Villarejo no quiso que se supiera que iba a ver a Cospedal.
LOS CAFÉS DE ACTUALIDAD
En el turno de preguntas de la defensa de Cospedal, se le refirió que dado que la investigación sobre Gürtel arranca en 2007 y la detención del cabecilla (Francisco Correa) es en febrero de 2009, en los cafés entre el empresario y el comisario hablarían de ellos, a lo que respondió que siempre comentaban la actualidad. “Si hoy me tomara un café con Villarejo estaríamos hablando de los indultos”, ejemplificó.
Por otro lado, López del Hierro, que aparece de forma reiterada en las anotaciones del comisario requisadas por la Policía, negó tener conocimiento de la razón por la que aparece en las mismas –“no tengo ninguna explicación, no tenía ni idea de que anotaba en agenda cada vez que me veía, no veo ninguna explicación a esas agendas”–.
Con todo, negó recordar nada de lo referido en las mismas, como por ejemplo que le pidiera información al policía porque su mujer necesitaba tomar decisiones en febrero de 2009, cuando se produce la detención de Correa. “No creo que tenga nada que ver una cosa con la otra, no recuerdo esa conversación, no veo ligazón”, llegó a decir ante el asombro del juez, que sí que le hizo ver que la detención del cabecilla de la trama sí que afectaba al PP.
Tampoco recuerda haber hablado con el comisario sobre “la fama” de José Luis Olivera, aunque sí que recordaba que le hablaba bien de él y le decía que era “un gran profesional”, ni que cerraran cita con Cospedal en Toledo en 2011. Negó también conocer de la existencia del chofer del extesorero Luis Bárcenas, Sergio Ríos, que fue captado por la ‘Kitchen’ como confidente, y que apuntó tampoco se encargó de que el comisario cercano a su mujer Andrés Gómez Gordo se pusiera en contacto con Villarejo en relación a esa captación del confidente.