En la mayoría de los países, la difteria es una enfermedad que pertenece al pasado, dado que existe una vacuna para prevenirla y se puede tratar con facilidad.
Según informa Médicos sin Fronteras, la difteria está muy presente entre los rohingya de Bangladesh. En su mayor parte la población rohingya no está vacunada, y actualmente, desde que huyeron de Birmania, vive en precarios asentamientos improvisados e hiperpoblados, por lo que la transmisión de la enfermedad va en aumento.
La ONG indica que están tratando dos casos por día de difteria. Los índices de mortalidad son altos en los pacientes que llegan con síntomas severos; muchos de ellos presentan las vías respiratorias casi totalmente obstruidas. Todos los pacientes pertenecían a familias de 10 miembros o más que compartían un solo refugio en el campamento, por lo que contagiarse es muy sencillo. A esto hay que añadir que ninguno de los pacientes que pasó por las manos de MSF ha sido vacunado durante su niñez.
Médicos sin Fronteras necesitan diferentes tipos de antibióticos, tanto para el tratamiento como para la profilaxis de los familiares. Le hacen falta más mascarillas para evitar que familiares y personal contrajeran la enfermedad; y, ante todo, necesitan vacunas.
El Ministerio de Sanidad ha llevado a cabo una campaña de vacunación con el apoyo de otros actores. Médicos Sin Fronteras ha colaborado estableciendo puntos fijos de vacunación en sus puestos de salud. Es la tercera de las campañas de vacunación más recientes, después de la del cólera y el sarampión. Pero ésta presenta dificultades técnicas y logísticas aún mayores que las anteriores, dado que consiste en administrar tres vacunas con un mes de tiempo entre sí.
Una población tan vulnerable como los rohingya, que ya ha pasado por el gran trauma de tener que huir de sus hogares, que ha sido objeto de violencia y que vive en terribles condiciones, está siendo golpeada además por una enfermedad totalmente prevenible con un mínimo acceso a la sanidad y a una vacunación rutinaria que se inventó hace 90 años.