Javier F. Ferrero

Luis de Guindos, el todavía ministro de Economía, será el próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) a partir del 1 de junio en sustitución del portugués Vítor Constancio, que abandonará el cargo el 31 de mayo.

Justo antes de que los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona iniciaran la reunión en la que estaba previsto que se decidiera quién sería el nuevo vicepresidente, Irlanda ha decidido retirar la candidatura para el puesto de Philip Lane, actual gobernador del Banco Central de Irlanda. “Creo que la elección de un nuevo vicepresidente del BCE debe estar basada en el consenso y no debería ser una fuente de desacuerdos. En ese contexto, he decidido, haciendo un balance de la situación y en el interés de la zona euro en su conjunto, retirar la candidatura de Philip Lane antes de cualquier votación“, ha comentado el ministro de finanzas de Irlanda, Paschal Donohoe, a su llegada al encuentro con sus colegas europeos.

La victoria es revitalizante tanto para el propio ministro como para el Partido Popular. De Guindos contaba con el apoyo de Alemania, Francia y Portugal, pero la Comisión de Economía del Parlamento Europeo llegó a considerar a Philip Lane como un candidato “más convincente“, hecho que había provocado cierta incertidumbre en el seno del Partido Popular. La no elección de De Guindos hubiese dañado para la imagen del Gobierno, ya que pondría en duda la estrategia política basada en la teoría de la recuperación económica de España de mano de De Guindos. También lo hubiera sido para el propio ministro, ya que sería su segunda derrota en Europa tras el fracaso para la presidencia del Eurogrupo.

La elección no está exenta de polémica. Luis de Guindos llegó a presidir la filial en España y Portugal de Lehman Brothers, empresa quebrada y uno de los causantes de la crisis de las hipotecas subprime. La quiebra de la compañía global de servicios financieros de Estados Unidos afectó a miles de inversores españoles y portugueses, la mayoría clientes de banca privada, por un importe de más de 1.000 millones de euros.

De Guindos, que cobrará 334.080 euros brutos anuales, no presentará su dimisión como ministro de Economía hasta ser oficialmente respaldado como vicepresidente del BCE por los jefes de Estado y de Gobierno europeos en la cumbre de los próximos 22 y 23 de marzo. Rajoy cuenta con plazo suficiente para elegir al sustituto al frente del Ministerio de Economía.

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