Hace ahora un año, un grupo de vecinos del Campo de Montiel (Ciudad Real) decidía plantar cara a las pretensiones de una empresa minera para extraer tierras raras en su comarca. Desde entonces se han sucedido movilizaciones, decenas de charlas informativas y una guerra sin cuartel contra la injusticia y la manipulación que han visto crecer como colectivo a la Plataforma Sí a la Tierra Viva, asociación de la que Luis Manuel Ginés, cartero de profesión pero luchador por convicción, es su portavoz y Presidente.
P: ¿Cual es el origen de la Plataforma Sí a la Tierra Viva?
R: En mayo 2015 apareció un artículo en un diario de tirada nacional con el siguiente titular: “La Mancha esconde las tierras raras que agitan el mundo”. En él se describían los planes de una empresa, Quantum Minería S.L., para extraer monacita en la provincia de Ciudad Real, con un primer yacimiento, “Matamulas”, que afectaría a los términos municipales de las localidades de Torrenueva y Torre de Juan Abad. En el artículo ya se daba cuenta que nadie sabía nada al respecto en los pueblos, excepto el Alcalde socialista de Torre de Juan Abad, José Luis Rivas Cabezuelo (que presentó su dimisión en febrero de 2016).
Como es lógico (yo soy vecino de Torre de Juan Abad), acudí a mi alcalde para obtener más información, tras saber que se habían mantenido diversas reuniones en Madrid y Ciudad Real entre representantes de la empresa minera y los dos ayuntamientos afectados. Y la respuesta que obtuve fue el silencio (que se mantiene año y medio después). Esto levantó mis sospechas y me puse a buscar información al respecto. Encontré artículos en revistas especializadas que hablaban de los riesgos que se asumen con este tipo de minería para la salud, el medio ambiente y el modelo socio-económico de unas comarcas, que en nuestro caso viven de la agricultura, la ganadería, la industria transformadora (avalada por cinco denominaciones de origen) y el turismo.
Una vez conocido el problema, junto con otros vecinos empezamos a indagar y descubrimos que la empresa llevaba tres años moviéndose por los despachos de las administraciones autonómica y local, y que existían diez proyectos de investigación sobre tierras raras que afectarían a unas 27.000 hectáreas de la provincia de Ciudad Real. En noviembre de 2015, Quantum Minería pidió el primer derecho minero de explotación sobre 1.500 hectáreas entre Torrenueva y Torre de Juan Abad. Como ambos ayuntamientos seguían negándose a dar información sobre el contenido de las reuniones mantenidas con la empresa, el 29 de diciembre de 2015 nos reunimos en mi pueblo 200 vecinos de la comarca, y tras exponer la información de la que disponíamos entonces, decidimos crear una asociación, una plataforma vecinal que se denominaría “Sí a la Tierra Viva”. Desde el principio decidimos que ni ayuntamientos ni organizaciones políticas fuesen miembros de la entidad (y así figura en sus estatutos), lo que nunca ha sido un obstáculo para recibir apoyos desde distintos ámbitos. Hoy la Plataforma es una asociación con más de 600 socios, y está realizando una labor informativa, legal y de denuncia de irregularidades que correspondería en muchos casos a las administraciones públicas.
P: ¿Qué habéis aprendido en este año de lucha?
R: Destacaría la fuerte vinculación de los habitantes de la comarca con el lugar en el que han nacido y desarrollan sus vidas, algo que la empresa, probablemente, no esperaba. De hecho, la salud de la gente y la belleza de esta tierra es algo que Quantum Minería nunca podrá comprar con dinero. Además en nuestra comarca escasea el agua y los rendimientos agrícolas no son generosos en cantidad, aunque sí en calidad. Por eso desde el principio nos sorprendió el rápido rechazo que generaron los proyectos entre la población de las comarcas cuando comenzamos a informar a los vecinos y colectivos sociales sobre el contenido del proyecto (y hemos dado más de 30 charlas). La empresa, por su parte, también ha organizado reuniones públicas, pero no ha sido capaz de convencer a nadie. Recuerdo una de ellas, con más de 500 socios y propietarios de la cooperativa olivarera de Torrenueva, donde se votó al acabar la exposición de Quantum y el rechazo fue unánime.
Si echo la vista atrás esto nos ha servido para descubrir que aquí la gente es más comprometida de lo que parece, que ama a su tierra y está dispuesta a defenderla de manera generosa, incluso realizando una labor titánica con la razón y el sentido común como principal arma de convicción.
P: ¿Por qué NO A LA MINA?
R: En primer lugar, los proyectos mineros son una amenaza para el abastecimiento y la calidad del agua. En un principio. Quantum Minería preveía utilizar 500 millones de litros del embalse de la Cabezuela, pretensión rechazada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Hay que tener en cuenta que la contaminación del agua después del procesado del mineral acabaría ocasionando problemas a corto, medio y largo plazo.
Segundo. Los proyectos son una amenaza para la salud. La monacita, el mineral que pretenden extraer, va asociado a elementos radioactivos como el torio y el uranio, y numerosos informes y estudios internacionales sobre este tipo de minería han advertido sobre sus riesgos.
También hay que tener en cuenta lo que representa el plan minero de Quantum para la agricultura y el desarrollo económico de la zona. Y así lo han manifestado organizaciones agrarias, cooperativas agroalimentarias y los consejos reguladores de las denominaciones de origen.
La zona donde donde Quantum Minería presente desarrollar sus planes tiene, además, un excepcional valor a nivel de paisaje y biodiversidad, afectando a áreas de dispersión de especies como el águila imperial o el lince ibérico, catalogadas en peligro de extinción. Los trabajos de extracción se realizarían, por su parte, a menos de un kilómetro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), “Áreas esteparias del Campo de Montiel”. Por eso todas las organizaciones conservacionistas se han opuesto desde el principio a estos proyectos.
Finalmente, los proyectos suponen una amenaza para la democracia y la propia dignidad de los habitantes de las comarcas. Y decisiones tan relevantes, que pueden acabar afectando de manera irreversible a nuestro futuro, no se pueden tomar tan a la ligera sin informar a la población.
P: La empresa promete una millonaria inversión en la zona, ¿realmente es oro todo lo que reluce?
R: Vamos a ver, si realmente nos hubiera tocado la lotería, hubiese faltado tiempo a los responsables públicos para vender el proyecto a bombo y platillo, porque cuando uno quiere vender algo, lo pone en el escaparate. Sin embargo, si se trata de un producto defectuoso, lo deja en la trastienda a la espera de poder colárselo al incauto de turno.
La realidad es que la minería a cielo abierto no genera empleo. Y este tipo de actividad extractiva, que además no es en profundidad sino en extensión, tendría que mover, tan sólo para el primer proyecto, millones de toneladas de tierra. Luego lavarla y procesarla con aditivos para extraer unos tres kilos de monacita por cada tonelada de tierra consumiendo una inmensa cantidad de agua, que luego sería desechada. Esto durante los diez años que duraría la explotación. Osea, que la verdadera inversión que realizaría realmente sería dejarnos un lastre del que difícilmente podríamos salir.
P: Quantum Minería habla de un impacto ambiental mínimo y de que el proyecto incluso dejará el terreno agrícola en condiciones “incluso más favorables a las originales”, ¿cuál es la opinión de la Plataforma al respecto?
R: Daría risa si no fuera por lo que nos estamos jugando. Cualquier observador atento, sin ser especialista, puede observar el excepcional valor ambiental que tiene esta zona, y cualquier agricultor, que se sube todos los días al tractor, sabe que hacer un barranco de entre 2 y 5 metros en su parcela, arrancar sus olivos y sus viñas, lavar y tratar la tierra y devolverla al hoyo, supone el fin de sus esfuerzos.
Por si fuera poco, además ahora tenemos tanto información solvente a nivel científico como la valoración de organismos suficientemente acreditados como el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de los Estados Unidos. Quantum Minería intenta desacreditar sus conclusiones sin conseguirlo. Sin embargo, toda la información de la que disponemos sobre la minería de tierras raras, que es mucha, apunta en la misma dirección: esta actividad es un peligro para la salud humana y el medio ambiente.
Por otra parte, el pasado 19 de mayo las Cortes Regionales de Castilla-La Mancha instaron por mayoría absoluta al Ejecutivo de Emiliano García-Page al archivo de los expedientes. ¿Cómo puede entenderse entonces que los proyectos hayan seguido en tramitación cuando ni siquiera existe un informe de los servicios jurídicos de la Junta que lo prohíba?
P: En el caso de que el proyecto sea finalmente cancelado, Sí a la Tierra Viva seguirá en activo?
R: El mismo nombre que hemos elegido para nuestra asociación ya indica unos fines mucho más amplios que la mera oposición a un proyecto minero, y así lo hemos recogido en nuestros estatutos. Dar un sí a la tierra viva es apostar por el desarrollo de nuestras comarcas, sostenible en el tiempo y en el que podamos participar todos, no como simples convidados de piedra. Existen otro tipo de proyectos relacionados con el sector agrícola, ganadero y transformador, con el turístico y de servicios que son los que hay que incentivar. Además serían la mejor garantía de futuro.
Para algunos de nosotros, sin embargo, la vida ya no volverá a ser la misma porque este conflicto socioambiental nos ha dejado una huella imborrable, con un coste personal difícil de asumir que sin embargo tengo claro que nos hará progresar como seres humanos, ser mejores personas. Seguramente esa sea la mejor lección que podamos extraer cuando todo acabe.